Tratado 46 (I, 4) — SOBRE LA FELICIDAD (Igal)

Este tratado es el primero que compuso Plotino tras la partida de Porfirio, motivada por la fuerte depresión que le había puesto al borde del suicidio (Vida 6, 1-5; 11, 11-15). Este hecho doloroso debió de dar pie al filósofo para ahondar en la reflexión sobre la naturaleza de la verdadera felicidad a la luz de la distinción fundamental en su antropología entre el yo superior y el yo inferior del hombre. La verdadera felicidad consiste en la vida del primero, que no tiene por qué verse afectada -ni incrementada ni disminuida- por la del segundo. Desde el punto de vista del orden sistemático, I 4, sirve para redondear los temas de los dos anteriores (I 2-3), estableciendo la identidad de la vida feliz con la vida de virtud perfecta. La estructura del escrito es muy sencilla: examen crítico de otras teorías, posición de la propia tesis, objeciones y respuestas. La prosa fluye más tersa y cristalina que de ordinario, y el perenne interés del tema, unido a la brillantez de la forma, debió de contribuir a la celebridad del presente tratado1

SINOPSIS

I. Examen crítico de otras teorIas (caps. 1-2).

1. La felicidad entendida como «la buena vida» en el sentido de sentirse a gusto, o de cumplimiento de la función propia, o de consecución del fin natural, o de vida de placer, o de imperturbabilidad o de vida conforme con la naturaleza (1, 1-2, 31).

2. La felicidad entendida como «la vida racional» (2, 31-55).

II. Posición de la propia tesis (caps. 34). -La felicidad consiste en la vida de la inteligencia, es decir:

1. No en la «vida» en general, entendida en sentido unívoco, ni en la «vida racional» entendida como suma de género y diferencia específica (3, 1-16),

2. sino en la vida de primer grado y perfecta, que es la propia de la inteligencia y consustancial con ella (3, 16-40),

3. y es también la propia del hombre, sea que la posea en potencia, sea que la posea en acto (4, 1-20),

4. como lo prueba el hecho de que quien posee esta vida no necesita de ningún otro bien y es impasible a todo mal (4, 20-36).

III. Objeciones y respuestas (caps. 5-16).

1. La vida feliz no se ve afectada por calamidades, desastres o dolores (caps. 5-8), ni por la pérdida o falta de consciencia (caps. 9-10) ni por ninguna cosa externa (cap. 11).

2. Es independiente de los placeres del cuerpo, de los vaivenes de la fortuna, de las afecciones del compuesto y de los dones externos (caps. 12-15).

3. Es la vida del yo superior, que vive cara al Bien sin dejar por eso de ser amable con el yo inferior (cap. 16).


  1. Sobre el influjo de Plotino y, en concreto, de este tratado en San Ambrosio, cf. P. Courcelle, en Rev. de Philol. 24 (1950), 29-56; jRev. des Ét. Lat., 34 (1956), 220-239; Parusia (Festgabe J. Hirschberger), Francfort, 1965, págs. 103-116; P. Hadot, en Rev. des Ét. Lat. 34 (1956), 202-220; A. Solignac, en Arch. de Phtlos. 19 (1956), 148-156. Sobre San Agustín, cf. n. 24 a la trad.