Enéada IV, 3, 30 — A memória depende da faculdade representativa (3)

30. Pero, ¿y qué decir del recuerdo de nuestros pensamientos? ¿Hay también una imagen de ellos? Si es verdad que una pequeña imagen acompaña todo pensamiento, su misma persistencia, que vendrá a ser como un reflejo del pensamiento, explicará el recuerdo del objeto conocido; en otro caso, tendríamos que buscar una nueva explicación.

Tal vez sea precisamente la expresión verbal del pensamiento la que deba ser recibida en la imaginación. Porque el pensamiento es algo indivisible y si no se formula exteriormente y permanece en el interior, es algo que permanece oculto para nosotros; al lenguaje corresponde su despliegue, y asimismo el hacerlo pasar de pensamiento que es a imagen, cual si lo reflejase en un espejo. Es así como se fija, se aísla y se recuerda el pensamiento. Porque si el alma se mueve siempre hacia el pensamiento, la recepción de éste se verifica tan sólo en estas condiciones; pues una cosa es el pensar y otra muy distinta la percepción del pensamiento. Y si en realidad pensamos siempre, no percibimos siempre nuestro pensamiento, ya que quien recibe los pensamientos recibe también las sensaciones.