Enéada III, 5, 5 — O Eros do Banquete não deve ser interpretado como o mundo sensível

5- Pero, ¿cuál es la naturaleza del demonio y, en general, de los demonios de que se habla en el Banquete? ¿Y cuál es, no sólo la naturaleza de los demonios, sino la del mismo Eros, hijo de Penia y de Poros, y éste de Metis, nacido al mismo tiempo que Afrodita?1. En cuanto a la explicación que el mundo —y no una parte de él— da de Eros, algo como nacido en el mundo, contiene muchas cosas contrarias al buen juicio; porque el mundo es un dios bienhechor, que se basta a sí mismo, en tanto Platón reconoce a Eros, no como un dios o un ser que se basta a sí mismo, sino como un ser siempre indigente2. Además, si el mundo está compuesto de un alma y de un cuerpo, y el alma del mundo es a su vez la Afrodita que se encuentra en el mundo, necesariamente Afrodita será la parte principal de Eros, o, en otro caso, el alma del mundo y el mundo mismo se confunden, como el hombre y el alma del hombre, siendo entonces Eros y Afrodita una sola cosa. Y, por otra parte, ¿por qué este Eros, que es un demonio, iba a confundirse con el mundo, en tanto los demás demonios —y bien claro está que son de su misma esencia— no llegan a confundirse con él? Si así fuese, el mundo sería una reunión de demonios. Pero, ¿cómo iba a confundirse con el mundo el llamado “guardián de los niños hermosos”?3, ¿Cómo se aplicaría entonces, sin asomo de mezquindad y discordancia, el dicho de que Eros carece de lecho, anda descalzo y no tiene domicilio?4


  1. Cf. Platón, Banquete. 203 b-c. Metis, la inteligencia, y Themis, la ley, han sido señaladas en la poesía simbólica como mujeres de Zeus

  2. Cf. Platón. Banquete, 202 d. Esta condición es la que lógicamente conviene a Eros, en razón a su misma paternidad. 

  3. La expresión aparece en el Fedro. 265 e. 

  4. Así se dice de Eros en el Banquete, 203 d. según el texto que recoge Plotino