Enéada II, 7, 2 — Solução plotiniana das aporias da mistura

2. Esto último es algo que hay que investigar por sí mismo; porque, ¿qué acontece cuando la masa de agua se convierte en aire? ¿Cómo se hace mayor en el elemento producido? Convendrá mantener muchas de las razones dadas en favor de las tesis ya dichas, y, desde luego, hemos de examinar por nosotros mismos qué es lo que conviene afirmar acerca de esto y cuál es la opinión que está conforme con esas razones, o, por el contrario, si no se presentará otra nueva razón, además de las ya mencionadas.

Cuando el agua discurre a través de la lana o penetra la hoja de un papiro, ¿por qué todo el cuerpo líquido no atraviesa la hoja? Y cuando el agua no corre, ¿cómo admitir que sólo se tocan una y otra materia y una y otra masa, y que en cambio se mezclan sus cualidades? Porque es claro que la materia del agua no se encuentra unida exteriormente a la masa de la hoja, ni tampoco en los intervalos de ella; ciertamente, toda la hoja aparece humedecida y su materia no se ve en parte alguna desprovista de esta cualidad. Si, pues, en todas partes dicha materia está acompañada de esta cualidad, el agua se extenderá por toda la hoja del papiro. Podrá aducirse que no se trata del agua, sino de la cualidad del agua, pero, ¿dónde se encuentra entonces el ser del agua y cómo la masa de la hoja no permaneció lo mismo que era? Será porque el agua se extendió por la hoja y la aumentó; con lo cual la hoja misma tomo la dimensión del cuerpo introducido en ella. Pero si la tomó, una cierta cantidad de agua se habrá reunido a la hoja; y si se ha añadido, no se ha absorbido en ella, pues conviene de todos modos que una y otra materia se encuentren en lugares diferentes. ¿Qué impide, por lo demás, que lo mismo que un cuerpo da y recibe una cualidad, dé y reciba igualmente una magnitud? Mas, si una cualidad se une a otra cualidad, ya no es la cualidad que era antes; porque, unida a esa otra cualidad, deja de ser pura y no es enteramente lo que era la cualidad anterior, sino que queda oscurecida; en cambio, una magnitud, unida a otra magnitud, no llega a desaparecer.

Pero, ¿cómo puede decirse que un cuerpo que penetra a través de otro cuerpo produce divisiones en él, si nosotros mismos admitimos que las cualidades penetran a través de los cuerpos, pero sin dividirlos? ¿Acaso porque las cualidades carecen de cuerpo? Convengamos en que la materia misma es incorpórea; pero si ella es tan incorpórea como las cualidades y éstas, a su vez, son en tan escaso número, ¿qué impide que atraviesen el cuerpo con su materia? De no atravesar los cuerpos sólidos es porque estos cuerpos tienen unas cualidades tales que no permiten que ello ocurra, o tal vez cualidades numerosas; pero no, desde luego, porque sea imposible que atraviesen el cuerpo con su materia.

Si el gran número de cualidades hace a un cuerpo más sólido, este mismo número puede ser la causa de aquel impedimento; y si esa densidad constituye una cualidad propia del cuerpo, a la que llamamos corporeidad, consideraremos tal cualidad como la causa. De modo que no son las cualidades las que producirán la mezcla, sino unas determinadas cualidades; y tampoco es la materia como tal materia la que no será mezclada, sino la materia que cuenta con una cualidad. Lo cual es tanto más verdadero si la materia no tiene magnitud propia, aunque ésta no deba rechazarse del todo. Pero sobre esto ya se ha dicho bastante