Excertos da tradução espanhola da Escuela de Filosofía Universidad ARCIS
Sócrates.— Hablemos entonces de sus hermanos Poseidón y Plutón, y también del segundo nombre con que éste es conocido.
Hermógenes. — Conforme.
Sócrates.— Creo que al inventor de la palabra (Poseidoon) se le ocurrió por la siguiente circunstancia. Según caminaba, el mar detuvo sus pasos, y no le permitió pasar adelante, siendo para él como una cadena puesta a sus pies: llamó al dios que preside a este poder (Poseidoon), es decir, que es una cadena para los pies, (posidesmos oon), y se habrá añadido e? por pura elegancia. O quizá, en lugar de la s había primitivamente dos ? y significaba entonces el dios que lo sabe todo, (polla eidos). Quizá también de la acción de conmover la tierra se le ha llamado el que conmueve, (o seioon); y se habrá añadido una p y una d. En cuanto a Plutón, su nombre procede, de que es el que da la riqueza, (ploutos), porque ella sale del seno de la tierra. El otro nombre de este dios (Aidees), según opinión de la mayor parte de los hombres, expresa lo invisible, (to aeides), y como este nombre inspira terror, prefieren llamarle Plutón.
Hermógenes.— ¿Pero qué te parece a ti, Sócrates?
Sócrates. — Creo que los hombres se engañan de muchas maneras respecto del poder de este dios, y que no hay fundamento para temerle tanto. El motivo de este temor es que, una vez muerto el hombre, baja a sus estancias, sin esperanza de volver; así es como el alma, abandonando el cuerpo, se traslada cerca de este dios. Yo creo que hay una maravillosa concordancia entre el poder de este dios y su nombre.
Hermógenes.— ¿Cómo?
Sócrates.— Voy a decirte lo que pienso. Respóndeme: ¿Cuál es el lazo más fuerte para retener en un punto a un animal cualquiera? ¿Es la necesidad o el deseo?
Hermógenes.— Sin dada, Sócrates, es el deseo.
Sócrates. — ¿No crees que muchos huirían del (Aidees) si el dios no retuviera con el lazo más fuerte, a los que han bajado a su morada?
Hermógenes.— Sin duda alguna.
Sócrates.— Por el deseo los encadena; puesto que los encadena
por el lazo más fuerte, y no por la necesidad.
Hermógenes. — Me parece bien.
Sócrates.— Pero ¿no hay muchas clases de deseos?
Hermógenes.— Sí.
Sócrates.— Pero es mediante el deseo, más poderoso de todos, por el que el dios los encadena, puesto que debe retenerlos con el lazo más poderoso.
Hermógenes. — Sí.
Sócrates.— ¿Y hay un deseo más poderoso que el del hombre, que entra en relación con otro hombre con la esperanza de hacerse mejor?
Hermógenes.— ¡Por Zeus! no le hay, Sócrates.
Sócrates.— Concluyamos de todo esto, que ninguno de los que han partido de este mundo, aspira a volver a él; ni aun las sirenas, sino que están como encantadas, lo mismo que todos los demás. ¡Tan magníficos son los discursos que (Aidees) les dirige! Este dios, como se ve, es un sofista consumado, así como es un gran bienhechor para los que están cerca de él; puesto que hasta a los habitantes de la tierra envía también magníficos tesoros. Es preciso, pues, que allá abajo posea riquezas en abundancia; y he aquí de donde le viene el nombre de Plutón. Por otra parte, rehusando la sociedad de los hombres, entorpecidos con sus cuerpos, y entrando en comercio con aquéllos cuya alma está libre de todos los males y de todas las pasiones del cuerpo, ¿no te parece que Plutón se muestra como un verdadero filósofo? Comprendió bien que le sería fácil retener hombres de esta naturaleza encadenándolos mediante el deseo de la virtud, y que mientras se viesen envueltos en la estupidez y locura del cuerpo, no conseguiría mantenerlos cerca de sí, aun cuando Cronos los encadenase con los lazos que llevan su nombre.
Hermógenes.— Se me figura que tienes razón, Sócrates.
Sócrates.— Y el nombre de (Aidees), mi querido Hermógenes, no es probable que se dedujera de (aeidees, tenebroso). El poder que este dios tiene de conocer, (eidenai) todo lo que es bello; es el que ha inclinado al legislador a llamarle (Aidees).