Enéada VI, 5, 3 — A unidade verdadeira resta nela mesma

3. Si, pues, se trata de un ser real, siempre idéntico y que no sale de sí mismo, de un ser que, según se dice, no está afectado por la generación ni por la situación en un lugar, es necesario que, en este caso, se dé siempre consigo mismo, que no se separe de sí mismo, que no se encuentre aquí y allá, y que no salga también de sí mismo. Porque, si así fuese, se daría en uno y otro sujeto, o, totalmente, en un sujeto, con lo cual no sería un ser por sí e impasible. Sufriría, si se diese en otro sujeto, porque, para ser impasible, no podría encontrarse en otro que no fuese él mismo. Por tanto, si no se separa de sí mismo, ni se divide, ni experimenta ningún cambio, y se da por entero a la vez en muchos sujetos, puesto que permanece consigo mismo, podrá afirmarse que ambas cosas son posibles: el que se dé en todas partes de manera idéntica y el que permanezca en muchos sujetos. Esto quiere decir que podría darse y no darse en sí mismo. Pero suponiendo que no se diese en ningún sujeto, todas las demás cosas participarían de él, cuantas al menos pueden estarle presentes y en la medida en que es posible que lo puedan estar.

Necesitase, pues, desechar las hipótesis y los principios a que nos hemos referido y afirmar que no hay sustancia alguna inteligible o, si esto es imposible, y una naturaleza o sustancia de esta clase existe por necesidad, dar por buenas las afirmaciones primeras, admitiendo que existe un ser idéntico y numéricamente uno, que no se divide y permanece todo entero. Ese seT no se encuentra alejado de las demás cosas ni tiene necesidad de derramarse en ellas, bien porque partes suyas se alejen de él, bien porque permanezca en sí mismo todo entero y se genere de él algo que le abandone para venir por doquier a las otras cosas. En este caso, él mismo se daría en un lugar y en otro lo que proviene de él, ya que se verificaría una separación con las cosas que provienen de ese ser. Y aún habría que plantearse otra disyunción: el que cada una de esas cosas que de él provienen sean el ser todo entero o una parte tan sólo. Si fuesen una parte, no conservarían la naturaleza del todo, como ya se ha dicho; y si fuesen el todo, o bien tendríamos que dividirlas en tantas partes cuantos sujetos .se dan, o bien admitiríamos que un mismo ser puede darse por entero en todas partes. Es éste un razonamiento sacado de los hechos y en el que no se considera otra cosa que la sustancia ni se echa mano de otra naturaleza.

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