Tratado 20 (I, 3) – Sobre a dialética

Plotin Traités 7-21. Dir. Trad. Luc Brisson e Jean-François Pradeau. GF-Flammarion, 2003

SÍNTESE:

Excertos da apresentação do tratado, na tradução em espanhol de Jesús Igal

Este tratado fue compuesto a continuación de I 2 (Sobre las virtudes) como complemento del mismo, y así debió de entenderlo Porfirio, que en este caso hizo coincidir el orden sistemático con el cronológico. Si las virtudes superiores del tratado anterior nos dejaban a las puertas de la Inteligencia, ahora es preciso dar el salto de las virtudes superiores al Ser y del Ser al Bien. Pero no se trata todavía del acceso al Bien por la vía de la unión mística, sino por la previa del discurso racional. Tal es la misión de la dialéctica, considerada aquí como disciplina y como virtud. Plotino sigue de cerca a Platón en su concepción del Bien como meta, en la elección de los candidatos a la subida, en la distinción de las dos etapas del itinerario y en su descripción del objeto y del método propios de la dialéctica (caps. 1-5). Pero en su valoración de ésta como disciplina fundamental de un lado y como virtud suprema de ‘otro en su relación, respectivamente, con las otras ramas de la filosofía y con las otras virtudes, parece inspirarse en Aristóteles (cap. 6). Desde este punto de vista, la dialéctica ocupa una posición análoga a la filosofía primera y a la sabiduría teorética o sophía del Estagirita1.

SINOPSIS

I. tema y presupuestos (1, 1-19).

1. Tema: ¿cuál es el medio para llegar a la meta? (1, 1-2).

2. Meta: la meta del hombre es el Bien (1, 2-6).

3. Candidatos a la subida: el filósofo, el músico y el enamoradizo (1, 6-10).

4. Itinerario: consta de dos etapas, la primera de lo sensible a lo inteligible, y la segunda de ahí a la cima de lo inteligible (1, 10-19).

II. etapa primera (1, 19-3, 10).

1. Al músico, hipersensible a la belleza sonora, hay que enseñarle a captar la Armonía inteligible (1, 19-35).

2. Al enamoradizo, hipersensible a la belleza corporal, hay que conducirlo escalonadamente de la belleza de cuerpos particulares a la belleza corporal en general, de ésta a la moral y de ésta a la Belleza absoluta (cap. 2).

3. Al filósofo nato basta con guiarlo: enseñarle las matemáticas y promoverlo a la virtud perfecta (cap. 3).

III. etapa segunda: dialéctica (caps. 4-6).

1. Objeto: el estudio científico de la realidad, definiéndola, clasificándola y estructurándola (4, 1-9).

2. Método: el platónico de la «síntesis» y «división», que culmina en la contemplación y desdeña la lógica (4, 9-23).

3. Naturaleza: combina la inteligencia, que tiene por objeto el Bien, con la sabiduría, que tiene por objeto el Ser (5, 1-8).

4. Supremacía: (a) es la parte más valiosa de la filosofía y no debe ser confundida con la lógica (5, 8-23); (b) es auxiliar de la física y de la ética (6, 1-7), (c) y fundamento de las otras virtudes: prudencia y virtudes morales perfectas (6, 7-24).


  1. Hay versión española de I. Quiles, El alma, la belleza y la contemplación (col. Austral), págs. 39-45, y de M. del C. Fernandez Lloréns (con introd. y notas), en Perficit, 2.° serie, 9 (1978), 21-31.