-Me parece que ésta sería, dije, la mejor manera de llevar la indagación. Porque es manifiesto que, si la sensatez es algo tuyo, tendrás una cierta opinión de ella; pues, forzosamente, estando en ti, en el supuesto de que lo esté, te suministrará una cierta sensación de la que se alce alguna posible opinión sobre ella: o sea, sobre qué es y cuáles son las propiedades de la sensatez. ¿No te parece?
-Pues claro que sí, dijo.
-En consecuencia, dije, eso, lo que crees, puesto que sabes griego, tal vez puedas decírmelo con la precisión con la que te aparece.
-Tal vez, dijo.
-Bueno, pues para que tengamos un punto de apoyo que nos permita saber si hay, o no, en ti sensatez, dime, pregunté, ¿cuál es la opinión que tienes de ella?