====== Enéada III, 3, 2 — Tudo pertence a uma só e mesma ordem universal ====== 2- Las circunstancias no detentan la soberanía del bien, sino que se siguen armónicamente de los hechos precedentes y aparecen enlazadas en la sucesión de las causas. El guía del universo verifica este enlace, de acuerdo con la naturaleza de cada uno de los seres; igual que ocurre en un ejército, donde el general tiene el mando y los soldados colaboran con él a sus órdenes((Dice Sócrates en el Fedro. 246 e, que “lo divino es hermoso, sabio, bueno, y todo lo que es de esta índole; esto es, pues, lo que más alimenta y hace crecer las alas, en cambio, lo vergonzoso, lo malo y todas las demás cosas contrarias a aquéllas, las consume y las hace perecer”. Añade Sócrates que el gran jefe del cielo. Zeus, dirige su carro alado, ordenándolo y cuidándolo todo. A este jefe sigue puntualmente un ejército de dioses y demonios, dispuesto en once divisiones, pero sin la compañia de Hestia, que queda sola en la casa de los dioses.)). El universo se halla igualmente organizado bajo la previsión de un guía, que comprende perfectamente lo que ha de hacer y sufrir; y no sólo esto sino también todo aquello con lo que debe contar, como alimentos y bebidas, armas y máquinas y cuanto resulta de la combinación de estas mismas cosas; así, todo lo que ocurre tiene su lugar conveniente, dispuesto por la lógica actividad del general. Cae, sin embargo, fuera de sus dominios todo lo que hagan sus enemigos y no le corresponde asimismo el mando de su ejército. En el universo hay, pues, un jefe supremo al que todo se subordina; porque, ¿qué podría haber en él que no estuviese en su lugar y que no fuese armonizado debidamente?((Cf. Platón, Leyes, 904 b-c)).