Menon:86c-88a – Problema da virtude: recurso ao método hipotético dos geômetras
SÓC. — ¿Quieres, pues, ya que estamos de acuerdo en que hay que indagar lo que uno no sabe que intentemos en común buscar qué es la virtud?
MEN. — Por supuesto. No obstante, Sócrates, yo preferiría, desde luego, examinar y escuchar lo que al principio te preguntaba, esto es: si hay que considerar la virtud como algo que es enseñable, o bien como algo que se da a los hombres naturalmente o de algún otro modo.
SÓC. — Pues si yo mandara, Menón, no sólo sobre mí, sino también sobre ti, no investigaríamos primero si la virtud es enseñable o si no lo es, sin antes haber indagado qué es ella misma. Pero, desde el momento en que tú no intentas mandarte a ti mismo — sin duda para continuar siendo libre —, pero intentas gobernarme a mí, y en efecto me gobiernas, te he de consentir, pues ¿podría acaso proceder de otro modo? Parece, por lo tanto, que hay que investigar cómo es algo que todavía no sabemos qué es. Pero, no obstante, si no todo, déjame un poco de tu gobierno y concédeme que investiguemos si la virtud es enseñable o cómo es, y que lo hagamos a partir de una hipótesis1). Y digo «a partir de una hipótesis tal como lo hacen frecuentemente los geómetras al investigar, cuando alguien les pregunta, supongamos, a propósito de una superficie, si, por ejemplo, es posible inscribir como un triángulo esta superficie en este círculo. Ellos contestarían así: «No sé todavía si esto es posible, pero, como una hipótesis, creo que puede ser de utilidad para el caso la siguiente: si esta superficie es tal que, al aplicarla sobre esa línea dada del círculo, le faltase una superficie igual a la que se ha aplicado2)), me parece que se ha de seguir un resultado, y si, por el contrarió, es imposible que eso suceda, entonces se ha de seguir otro. Y así, pues, quiero yo hacer una hipótesis para ver qué resulta acerca de la inscripción de esta superficie en el círculo, si es posible o si no lo es.» Del mismo modo, también nosotros, a propósito de la virtud, ya que ni sabemos qué es ni qué clase de cosa es, debemos, partiendo de una hipótesis, examinar si es enseñable o no, expresándonos así: ¿qué clase de cosa, de entre aquellas concernientes al alma, ha de ser la virtud para que sea enseñable o no? En primer lugar, si es algo distinto o semejante al conocimiento, ¿es enseñable o no —o, como decíamos hace un mo-c mento, recordable—? Pero es indiferente que usemos cualquiera de las dos palabras; en fin, pues, ¿es enseñable? ¿O no es evidente para cualquiera que no otra cosa se enseña a los hombres sino el conocimiento?
MEN. — A mí me lo parece.
SÓC. — Si la virtud fuese un conocimiento, evidentemente sería enseñable.
MEN. — Por supuesto.
SÓC. — Esto, entonces, lo hemos resuelto rápidamente: si es así, será enseñable; si no es así, no lo será.
MEN. — Por supuesto.
SÓC. — En segundo lugar, entonces tenemos que investigar, por lo que parece, si la virtud es un conocimiento o es algo distinto de un conocimiento.
d MEN. — También a mí me parece que después de aquello hay que investigar esto.
SÓC. —¿Pero qué? ¿No decimos que la virtud es un bien, y no es ésta una hipótesis firme para nosotros?
MEN. — Por supuesto.
SÓC. — Pero si hay, además, algún otro bien, separado del conocimiento, quizá la virtud no sería un conocimiento; en cambio, si no hay ningún bien que el conocimiento no abarque, entonces estableciendo la hipótesis de que es algo que tiene que ver con el conocimiento, procederíamos correctamente.
MEN. —Así es.
SÓC. —¿Y por la virtud somos buenos?
MEN. — Sí.
SÓC. — ¿Y, si buenos, también útiles? Pues todo lo bueno es útil, ¿no?
MEN. — Sí.
SÓC. —¿Y la virtud es algo útil?
MEN. — Necesariamente, según lo que admitimos.
SÓC. — Investiguemos, pues, recuperándolas una por una, cuáles son las cosas que nos son útiles. La salud, decimos, la fuerza, la belleza y hasta la riqueza también. Éstas y otras por el estilo decimos que son útiles, ¿no?
MEN. — Sí.
SÓC. — Pero estas mismas cosas decimos que también, a veces, nos dañan, ¿o afirmas tú algo distinto?
MEN. — No, sino así.
