Enéada I, 5: Comentários de Jesús Igal

Este tratado, aunque cronológicamente anterior a I 4, temáticamente es complementario del mismo. La vida feliz se sustrae no sólo a las vicisitudes del mundo exterior, a la mutabilidad del compuesto y a la percepción consciente (tesis de I 4), sino también a la duración temporal. La razón de fondo es que la felicidad, como vida perfecta que es, corresponde primariamente a la Vida primaria, que es la de la segunda Hipóstasis. Ahora bien, la vida de la segunda Hipóstasis es la eternidad (Introd. gen., secc. 30). En definitiva, pues, vida perfecta, vida feliz y vida eterna son la misma cosa. El hombre participa de ellas por la inteligencia: la intelección es intemporal (IV 4, 1, 11-14); transciende la duración temporal, como transciende la percepción consciente, la memoria y el raciocinio, y entra en la esfera de la eternidad.

SINOPSIS

I. planteamiento (cap. 1).

1. La felicidad, ¿se acrecienta con el tiempo?

2. Dos razones en contra: 1) el recuerdo de un pasado feliz no influye; 2) la felicidad depende de una disposición presente.

II. objeciones y respuestas (caps. 2-10).

1. La felicidad no aumenta porque se cumplan los deseos: (a) si no, la felicidad no se mediría por la virtud; (b) la felicidad de los dioses nunca sería perfecta; (c) el deseo de lo venidero es deseo de que esté ya presente lo que ya está presente (cap. 2).

2. El que es feliz por más tiempo, no por eso es más feliz (caps. 3-5): (a) ni porque disfrute del mismo espectáculo por más tiempo (cap. 3); (b) ni porque el placer sea más duradero (cap. 4); (c) ni porque sea feliz toda la vida (cap. 5).

3. Las desdichas aumentan con el tiempo porque empeora el estado del cuerpo; pero de ahí no se sigue que la felicidad aumente con el tiempo, como no sea indirectamente por crecimiento en virtud (cap. 6).

4. La felicidad no se conmensura con el tiempo, sino con la eternidad, porque es la vida propia del Ser eterno (cap. 7).

5. El recuerdo no aumenta la felicidad, ni el recuerdo de una sabiduría anterior, ni el de un placer pasado (cap. 8), ni el de cosas excelentes del pasado (cap. 9).

6. La felicidad no está en la acción, sino en la buena disposición y actividad internas del alma sabia (cap. 10).