11. Pero hemos de pensar también que cuanto viene a nosotros de los astros no es ya, en el momento en que lo recibimos, lo mismo que era en el momento de su partida. Así como el fuego de la tierra es oscuro, de igual manera la disposición hacia la amistad aparece debilitada en aquel que la recibe, no llegando a producir, por tanto, una amistad completamente bella. El impulso del ánimo que, en la condición de un hombre normal, produciría el carácter viril, en un hombre inmoderado origina la irritación o la indolencia, lo mismo que el deseo del honor, incluso si tiende hacia algo honroso, ha de contentarse con una simple apariencia de lo que pretende. Digamos que de la inteligencia se origina la astucia, que quiere siempre alcanzar a aquélla, aunque vanamente. Las disposiciones recibidas de lo alto no responden, en nosotros a su carácter y se vuelven malas; pero esto no ocurre solamente a su llegada, sino que ya, verdaderamente, no permanecen como en el momento de su partida, mezcladas como están ahora al cuerpo, a la materia, y todas ellas entre si.
Enéada II, 3, 11 — A influência dos astros não mais a mesma uma vez descida
- Enéada II, 3, 15 — A alma superior faz escolhas antes de vir no universo
- Enéada II, 3, 16 — A alma governa o universo segundo uma razão
- Enéada II, 3, 17 — A alma produz sem reflexão
- Enéada II, 3, 18 — Os males são necessário e úteis
- Enéada II, 3, 2 — Se os astros são inanimados…
- Enéada II, 3, 3 — Os astros não influenciados pelos lugares
- Enéada II, 3, 4 — Os astros não influenciados pelas configurações
- Enéada II, 3, 5 — O calor e o frio, o dia e a noite, e as fases lunares não têm efeitos
- Enéada II, 3, 6 — É absurdo que os astros obedeçam a configurações
- Enéada II, 3, 7 — Existe uma adivinhação pelos astros