18. ¿Son necesarios, pues, los males en el universo, por seguirse de los seres superiores? Sí lo son, porque si no lo fuesen, el universo sería imperfecto. Muchos de entre ellos, e incluso todos, prestan algún servido al universo, como ocurre con los animales venenosos, aunque esto se nos oculta la mayoría de las veces. Aun el vicio reporta mucha utilidad y produce cosas hermosas, como por ejemplo la belleza de todo producto artificial Por él nos inclinamos a la prudencia, ya que no nos permite descansar en la seguridad.
Si lo que ahora decimos es justo, el alma del universo debe contemplar los seres mejores y enderezarse siempre hacia la naturaleza inteligible y hacia Dios. Llena y colmada de ellos hasta la saciedad, brota entonces del alma una especie de imagen, que ocupa en aquélla su límite más bajo. Esta imagen es precisamente la productora de las cusas, la que ocupa el lugar inferior en la escala de las potencias; sobre ella se encuentra la parte principal del alma, llena de formas que provienen de la inteligencia; y aun por encima quedará situada la inteligencia del demiurgo, que da al alma; que viene después de ella, esas formas cuyas huellas convienen al tercer rango. Se dice, pues, con razón que el mundo es una imagen, reproducida de modo indefinido; la primera y la segunda realidad permanecen inmóviles, y lo mismo puede decirse de la tercera, aunque ésta, por hallarse sometida a la materia, es movida por accidente.
En tanto existan una inteligencia y un alma, las razones (seminales) estarán fluyendo hacia la última especie de alma; al igual que en tanto exista el sol, toda luz provendrá de él.