Enéada II, 5, 2 — O ser em potência e sua relação ao ato

2. Hemos de considerar ahora respecto a la materia, si está en potencia relativamente a las formas que recibe, y si, en cualquier otro sentido, es o no un ser en acto, así como, de un modo general, si todos los demás seres que estimamos en potencia y que permanecen luego de haber tomado una forma, pasan a ser seres en acto, o si con la expresión “en acto” hemos de referimos tan sólo a la estatua, opuesta como tal estatua en acto a la estatua que se encuentra en potencia, aunque no se afirme de lo que está en acto lo que se decía de la estatua que está en potencia. Si esto es así, no cabe decir que lo que está en potencia pasa a ser en acto, sino que del ser que primero está en potencia se ha originado seguidamente el ser en acto. Porque este mismo ser es el acoplamiento de lo que está en acto y en potencia; y no tan sólo la materia sino también la forma que se da en ella. Esto ocurre cuando se produce un nuevo ser, como en el caso de la estatua, originada del bronce; esa otra sustancia, que es la estatua, resulta del acoplamiento de materia y forma. Pero cuando no se ve claro que lo que está en potencia permanezca en lo que está en acto, lo que está en potencia resulta ser por completo diferente de lo que está en acto.

Mas, ¿y en el caso del gramático en potencia que pasa a gramático en acto? ¿Cómo es que no hay identidad entre lo que está en potencia y lo que está en acto? Porque es el mismo Sócrates el que era sabio en potencia y ha pasado a ser sabio en acto. ¿Diremos entonces del sabio qué es ignorante? El sabio en potencia era, desde luego, ignorante. Y el ignorante es sabio, pero lo es por accidente; no es sabio en potencia en tanto que ignorante, sino que lo es por accidente, y a la disposición característica de su alma ha de atribuirse su sabiduría en potencia. Pero, ¿conserva entonces su ser en potencia, y así, el gramático sigue siendo un ser en potencia cuando ya es gramático en acto? Nada lo impide, aunque en otro sentido; pues antes era un gramático en potencia y ahora esa potencia tiene una forma. Si lo que está en potencia es un sujeto, y el ser en acto, como la estatua, es el resultado de un acoplamiento, ¿qué podremos decir de la forma del bronce? No le es inadecuado el nombre de acto, según el cual se dice que la estatua se encuentra en acto y no sólo en potencia, esto es, que posee una forma y una esencia, pero no el acto tomado absolutamente sino el acto de un determinado ser. Daríamos con más propiedad el nombre de acto a aquel otro acto que se opone a la potencia que lo produce. Porque lo que está en potencia tiene su ser en acto de otro ser también en acto, en tanto la potencia tiene su poder de sí misma. La potencia y el acto se oponen entre sí lo mismo que una disposición y un acto resultante de esta disposición: así, la virtud del valor y el portarse valerosamente. Pero, bastante se ha dicho ya.