Enéada III, 1, 10: Há duas espécies de causas, a alma e as causas exteriores

Cap. 10. Conclusão: Há duas espécies de causas, a alma e as causas exteriores.

10. Esta argumentación quiere decir, en fin, que todas las cosas son anunciadas y producidas por causas, bien que estas mismas causas sean dobles; porque hay, por ejemplo, cosas originadas por el alma, y otras producidas por otras causas que rodean a aquélla. Las almas que realizan sus acciones pueden actuar según la recta razón, y todo lo que hacen lo verifican entonces por si mismas; también puede ocurrir que, impedidas de actuar por si mismas, sufran más que actúen. De modo que nada tienen que ver con el alma las causas que la privan de la sabiduría; tal vez se diría que el alma actúa en este caso según el destino, al menos si se cree que el destino es una causa externa. Aunque, sin embargo, las cosas mejores provienen de nosotros mismos, y eso es lo propio de nuestra naturaleza cuando nos encontramos solos. Así, las acciones hermosas de los sabios habrá que atribuirlas a ellos mismos, en tanto los demás hombres podrán realizarlas si les es permitido recobrar el aliento; y no porque estos reciban sus pensamientos de otra parte cuando realmente piensan, sino por el hecho de que ya nada se lo impide.