Enéada III, 1, 2: As causas distantes, exame e refutação das diferentes opiniões.

Capítulo 2: As causas distantes, exame e refutação das diferentes opiniões.
1-9. As causas distantes.
As cinco opiniões relativas às causas distantes:
10-15. Para os epicuristas, as causa são os átomos.
15-17. Para os “fisiólogos”, os elementos.
17-25. Para alguns, o destino.
26-30. Para os astrólogos, o movimento dos astros.
30-36. Para os estoicos, o encadeamento das causas.


2. El concederse descanso cuando se ha llegado a estas cosas y el no querer ir más allá, es tal vez muestra de negligencia y equivale a no escuchar a los que se acercan a las causas primeras, que van mas allá de todo esto. Pues, ¿por qué de dos seres nacidos en las mismas circunstancias, por ejemplo en ocasión de la salida de la luna, el uno se convierte en un ladrón y el otro no? ¿Por qué, en circunstancias semejantes, uno de estos seres contrae la enfermedad y el otro no? ¿Por qué, en fin, luego de realizados los mismos trabajos, el uno termina enriquecido y el otro pobre? Es claro que para las diferencias entre las costumbres, los caracteres y las suertes convendrá ascender a las causas más lejanas; y nunca se detendrán en los hechos aquellos que hablan de unos principios corpóreos, como por ejemplo los átomos. El movimiento de los átomos, sus choques y las relaciones que mantienen entre sí explican para ellos las mismas relaciones entre las cosas, los estados que tienen lugar en éstas y su nacimiento, así como su privativa constitución, sus acciones y sus pasiones. Nuestras tendencias y disposiciones también encuentran ahí su raíz; de modo que se da una necesidad proveniente de los átomos y que viene a introducirse en los seres. ¿Podría entonces considerarse como principios otros cuerpos que no fuesen los átomos, si de ellos se hace provenir todas las cosas y a los seres mismos se les tiene como esclavos de una necesidad que deriva de los átomos?1 Otros hay, en cambio, que se dirigen al principio del universo, haciendo proceder todo de él, como de una causa que se presenta de manera regular y que no solamente es motora sino incluso productora de los seres. Para los que esto sostienen el principio es el destino y también la causa más alta, dependiendo de su disposición no sólo todas las demás cosas que acontecen en el universo, sino también nuestros propios pensamientos, al modo como en el animal cada una de sus partes dispone de un movimiento que no ha de atribuirse a éstas, sino a la parte principal del alma que se da en el animal. Otros se refieren aún al movimiento de traslación del universo, que lo abarca todo y lo produce todo por si mismo, tanto por las relaciones que adoptan los planetas y los astros como por las figuras que se originan de su mismo trato; para lo cual no dudan en dar crédito a las predicciones, pues ahí fundamentan ellos todas las cosas que ocurren.

Ciertamente, cuando se habla del intercambio de relaciones de unas causas con otras y del encadenamiento que esto supone con un principio superior, decir también que unas cosas se siguen de otras y que se reducen a éstas, pues sin ellas no se explicarían dado que lo que viene después está sometido a lo que le precede, esto, realmente, parece introducir una otra forma de destino. Si dividimos en dos esta doctrina, no nos alejaremos en modo alguno de la verdad. Porque los unos hacen depender todas las cosas de una sola realidad, y no así, en cambio, los otros. Al referirnos a estas cosas, nuestro razonamiento se dirigirá antes de nada a los primeros, para examinar seguidamente las ideas de los otros.


  1. Contraposición clara de la teoría de los cuatro elementos a la teoría atomística.