8- Pero, ¿quién es Zeus? ¿Y cuál es ese jardín, en el que, según nos dice (Platón), penetró Poros?1. Afrodita era, para nosotros, el alma, y Poros la razón de todas las cosas. Mas, ¿qué hemos de entender por Zeus y su jardín? Por Zeus no hemos de entender el alma, ya que el alma, en nuestra opinión, es Afrodita. Acudamos, pues, para esto a las palabras de Platón, que en el Fedro llama a Zeus “el gran jefe” (del cielo) y en otros diálogos le concede, a mi juicio, el tercer lugar; con mucha más certeza todavía dice en el Filebo que “hay en Zeus un alma real y una inteligencia real”2.
Por tanto, si Zeus es considerado como una gran inteligencia y un alma, ha de ser incluido necesariamente en el orden de las causas; pero, como ha de ser ordenado según lo mejor que hay en él, porque, entre otras cosas, es causa por su título de rey y de jefe, habrá de ser puesto en relación con la inteligencia, en tanto Afrodita, que proviene de él y se une a él, tendrá que ser referida al alma; así se la llama precisamente, porque posee la belleza, el brillo, la inocencia y la delicadeza de un alma. Si, pues, ordenamos las divinidades masculinas con la inteligencia, y las femeninas con las almas, como a cada inteligencia corresponde un alma, Afrodita será el alma de Zeus. Dan razón de ello, además, los sacerdotes y los teólogos, que consideran a Afrodita como Hera y dicen a la vez que el astro de Afrodita está en el cielo de Hera3.
La cita del Fedro, 246 e, dice textualmente: “El gran jefe del cielo, Zeus, dirigiendo su carro alado, marcha el primero, ordenándolo todo y cuidándolo. Le sigue un ejército de dioses y demonios ordenado en once divisiones, pues Hestia queda en la casa de los dioses, sola”. Cita siguiente del Filebo, 30 d. ↩
Tradición recogida por Pausanias. III, 13.8. ↩