Enéada III, 7, 8 — Exame e rejeição das definições de tempo

Cap 8, 1-19: Exame e rejeição das definições (1) que identificam o tempo ao movimento, compreendido como…
linhas 1-8: … o movimento em geral (1a)
linhas 8-19: … o movimento do céu (1b)
Cap 8, 20-22: Exame e rejeição da definição (2) que identifica o tempo ao que está movido, e mais precisamente ao céu ele mesmo
Cap 8, 23 a cap 10, 8: Exame e rejeição das teorias (3) que definem o tempo como “algo” do movimento, e mais precisamente como…
Cap 8, 23-69: … o intervalo do movimento (3a; definição estoica), e mais precisamente como…
linhas 23-28: … o intervalo de todo movimento (3a’: definição de Zenão)
linhas 28-30: … o intervalo unicamente dos movimentos uniformes (3a”)
linhas 30-63: … o intervalo do movimento do todo (3a”’; definição de Crisipo). Duas objeções:
-30-53: Objeção 1: se o intervalo do movimento é um intervalo de movimento, isto volta a identificar o tempo ao movimento
– 53-63: Objeção 2: se este intervalo é exterior ao movimento, a definição enuncia somente um acidente do tempo
linhas 63-69: Conclusão


8. Pero, ni reunidos todos los movimientos en uno solo, ni considerado aparte el movimiento ordenado, resulta posible que el tiempo sea el movimiento. En ambos casos, lo que llamamos el movimiento se encuentra siempre en el lu’mpo. Si hubiese un movimiento que no se diese en el liempo, estaría por esto mismo mucho más lejos de ser el liempo. De modo que una cosa es aquello en lo que se da el movimiento y otra, en cambio, el movimiento mismo. Ap;¡rie lo que se dice o se ha estimado sobre esto, basta considerar que el movimiento podría cesar o manifestarse a intervalos, pero no así el tiempo. Sí arguyésemos que el movimiento del universo no se interrumpe, cabría preguntarse entonces si se trata del movimiento circular, porque este movimiento se cumple y vuelve al mismo punto en un cierto tiempo que no es aquel en el que se cumple la mitad de la revolución. Este tiempo es la mitad del otro y el primero doble del segundo, con lo cual la revolución completa y su mitad son, una y otra, movimientos del universo. Dícese, además, que la esfera exterior cuenta con un movimiento más vivo y más rápido, cosa que atestigua contra la tesis; en consecuencia, una cosa es el movimiento de la esfera y otra el tiempo que dura este movimiento. Está claro que la esfera de las estrellas fijas es la más rápida porque recorre una mayor distancia, y aun la mayor posible, en un tiempo menor. Las otras, en cambio, son más lentas porque emplean más tiempo en recorrer una parte de aquella distancia. He aquí, pues, que si el tiempo no es el movimiento de la esfera, con mucha más razón no podrá ser la esfera misma. De resultas del movimiento de ésta se había supuesto precisamente que era el tiempo.

¿Pero es algo propio del movimiento? Si se estima que es su intervalo, deberíamos decir que no todos los movimientos tienen el mismo intervalo, ni siquiera aquellos que son idénticos. Así, los movimientos locales pueden ser más rápidos o más lentos, pero sus distancias se miden por una unidad, diferente de ellos. Sería lo más justo llamar el tiempo u esta misma, unidad. Y si el tiempo es el intervalo de eslos movimientos, hemos de decir de cuál, puesto que existen movimientos infinitos. Si lo suponemos como intervalo del movimiento ordenado, añadamos que no puede serlo de lodo movimiento de esta clase; porque hay realmente muchos, lo cual quiere decir que existirían también muchos tiempos. Supuesto, en cambio, como intervalo del movimiento del universo, si es el intervalo que hay en dicho movimiento, ¿qué otra cosa sería que este movimiento mismo? Se le califica, sin embargo, como un intervalo de magnitud determinada, magnitud que podría medirse por el espacio que el movimiento ha recorrido, aunque entonces ya no se trataría del tiempo, sino del espacio. También podría suponerse que el movimiento tiene este intervalo por su misma continuidad, que no cesa un instante, como no sea para reanudarse siempre. Esto equivaldría a decir que el movimiento se multiplica; y si, al observarlo, lo encontramos múltiple, con ello no se demuestra ni se alcanza el tiempo, como tampoco si se dijese que el calor se multiplica. Tendríamos, de una parte, un movimiento, luego otro, y así sucesivamente -lo mismo que el agua de un río corre y corre sin limitación-, y de otra el intervalo que hay entre ellos. Esa sucesión de movimientos se expresaría por un número, como el dos o el tres, pero el intervalo sería una magnitud espacial. El tiempo, entonces, tendría que ser también una cantidad múltiple de movimiento, como diez, o el intervalo de movimiento que se aparece en el espacio recorrido; aunque este intervalo no implica idea alguna de tiempo, sino tan sólo una cierta magnitud recorrida en el tiempo. Si el tiempo, en fin, no es en modo alguno un intervalo, se dará en el movimiento como en un sujeto, volviendo así a la afirmación de que el tiempo es un movimiento, porque es claro que el intervalo no está fuera del movimiento, a no ser que el movimiento fuese instantáneo.- Pero si lo instantáneo difiere de lo no instantáneo en el hecho de que no se da en el tiempo, ¿en qué diferirá lo no instantáneo de lo instantáneo, sino en el hecho de darse en el tiempo? De manera que el movimiento manifestado en un intervalo y el intervalo mismo no son el tiempo, sino que se dan en el tiempo. Diríase que el tiempo es el intervalo del movimiento, pero no del movimiento mismo, sino el intervalo a lo largo del cual se prolonga el movimiento, avanzando juntamente con él. Con ello no se declara lo que es este intervalo, pero es evidente que se trata del tiempo, puesto que en él se da el movimiento. Ahora bien, esto es justamente lo que nos proponíamos al principio: ¿qué es verdaderamente el tiempo? Pues a ello equivale el decir, si se os pregunta por la naturaleza de] tiempo, que se trata de un intervalo del movimiento en el tiempo. ¿En qué consiste, sin embargo, este intervalo, al que damos el nombre de tiempo, si lo diferenciamos del intervalo del movimiento propiamente dicho?

Una dificultad subsiste para los que ponían el intervalo en el movimiento mismo: ¿dónde tendrían que poner la duración del reposo? Porque tanto tiempo como un objeto se mueve, tanto tiempo que otro puede permanecer inmóvil; el tiempo de uno y otro, diríase, es, sin embargo, el mismo, aunque a la vez diferente, claro está, del movimiento y del reposo. ¿Qué naturaleza tiene, pues, ese intervalo (llamado tiempo)? No es posible que sea un intervalo de lugar, ya que el lugar es extraño al movimiento y al reposo.