2. ¿Cómo, si no es así, se produce la sensación? Digamos que se refiere en realidad a objetos que ella no posee, porque es propio de toda facultad del alma no sufrir impresiones sino utilizar su poder con objetos para los que esté dispuesta. En este sentido, puede distinguirse perfectamente por el alma el objeto visible del objeto sonoro, lo cual no sería posible si ambos fuesen improntas. Y no lo son, sin duda alguna, como tampoco afecciones o pasiones del alma, sino actos referentes al objeto con el que se corresponden en el alma. Nosotros, sin embargo, ponemos en entredicho que cada facultad sensitiva pueda conocer si no sufre un choque con el objeto. Y creemos que sufre, en efecto, como consecuencia de este choque y no que conoce verdaderamente ese objeto que le ha sido dado dominar, pero no ser dominada por él.
Otro tanto conviene pensar en lo que respecta al oído. Pues la impronta se da en el aire, conformada por los choques sucesivos, esto es, como si las letras fuesen dibujadas por quien produce el sonido para que luego la facultad correspondiente y la sustancia misma del alma puedan reconocer los caracteres impresos en el aire, una vez que éstos se han acercado al órgano, condición natural para que se verifique la sensación.
En cuanto al gusto y al olfato, es claro que se dan impresiones pasivas. Pero las sensaciones, y el conocimiento de los gustos y de los olores, son nociones que se tienen de las impresiones pasivas, y no las impresiones mismas. Con mayor razón, el alma queda libre de impresiones y de improntas en el conocimiento de las cosas inteligibles. Aquí, al contrario de lo que ocurre en la sensación, el alma inclina hacia lo interno, en tanto en la sensación contempla lo que viene de fuera. Por algo los seres inteligibles son actos, en mayor medida y en sentido más preciso que las sensaciones. Cada uno de ellos se conoce a sí mismo y es también como el acto mismo de conocer.
¿Acaso deberemos hablar de un alma que se desdobla, como si una parte de ella viese a la otra cuando contempla la inteligencia una, y ambos, el sujeto y el objeto, son una sola y la misma cosa? Pero dejemos esto para otra ocasión.