Enéada V, 9, 13 — Há Formas de coisas que não se encontram no sensível?

13. Nos queda por decir si en el mundo inteligible se dan sólo los modelos de los seres sensibles o si, al igual que el hombre en sí es diferente del hombre sensible, se dan allí también un Alma en sí diferente del alma y una Inteligencia en sí diferente de la inteligencia. Debemos afirmar en primer lugar que no hay que creer que todas las cosas de aquí son imágenes de unos modelos, ni aun que el alma sea una imagen del alma en sí. Porque un alma se diferencia de otra en razón de su dignidad y es, ya en este mundo, una verdadera alma en sí, aunque no en el mismo grado que en el mundo inteligible. Cada una de las almas verdaderas disfruta de una cierta justicia y sensatez; e incluso hay en nuestras almas una ciencia verdadera, que no es el resultado de imágenes ni de representaciones de las ideas en los objetos sensibles, sino que se basa en el hecho de que las mismas cosas se encuentran allí y aquí, pero de diferente manera. Pues las ideas no se hallan separadas en un cierto lugar, de tal modo que, en cuanto el alma se sustrae al cuerpo, se reúne con aquéllas en el mundo inteligible. Ciertamente, el mundo sensible ocupa un solo lugar, en tanto el mundo inteligible se distribuye por todas partes. Por ello, todo lo que cl alma así dispuesta (percibe) aquí, se encuentra realmente en el mundo inteligible. De suerte que, si consideramos como cosas sensibles las cosas que vemos, hay en el mundo inteligible no tan sólo seres que se corresponden con los del mundo sensible, sino también otros más; aunque, si abarcamos en el universo tanto el alma como lo que se da en el alma, hay aquí verdaderamente todo cuanto hay en el mundo inteligible.