Enéada VI, 4, 1 — Como a alma está por toda parte presente no universo?

¿Por qué el Alma está presente al universo en todas partes? ¿Es porque, siendo por naturaleza capaz de dividirse en los cuerpos, el cuerpo del universo es de un tamaño determinado? ¿O es que ya por sí misma está presente en todas partes y no está donde el cuerpo le obligue a extenderse, sino que el cuerpo la encuentra presente en todas partes antes que él, de suerte que, dondequiera que el cuerpo se sitúe, allí encuentre al Alma presente antes de situarse él en un parte del universo y el cuerpo entero del universo y el cuerpo entero del universo se sitúe en un Alma ya presente?

Pero si ya antes de llegar el cuerpo con su volumen, el Alma se ha dilatado en una extensión determinada llenando todo el espacio, ¿cómo podrá no tener magnitud? ¿Y cómo se las arreglará para estar en el universo antes de haberse originado el universo, no existiendo el universo? Y la teoría de que, supuesto que es indivisa y sin magnitud, está en todas partes sin tener magnitud ¿cómo podría uno admitirla?

Y si se alegara que se coextiende con el cuerpo sin ser cuerpo, ni aun así nos permite esto esquivar la dificultad, dado que con ello le atribuimos la magnitud accidentalmente. Porque aun en ese caso cabría preguntar del mismo modo y con toda razón cómo es que cobra magnitud accidentalmente. Porque no es cierto que el Alma se difunda como se difunde la cualidad -por ejemplo, la dulzura o el color- por todo el cuerpo. Éstas son afecciones de los cuerpos, de suerte que toda la zona afectada sufre la afección, y ésta no es nada en sí misma: es algo del cuerpo, y entonces se la detecta. Y por eso forzosamente se coextiende con el cuerpo, y la blancura de una parte no comparte la afección de la blancura de otra. Además, en la blancura de una parte es específicamente la misma que la de otra, empero no es la misma numéricamente, mientras que, en el Alma, el alma que está en el pie es numéricamente la misma que la que está en la mano, como lo demuestran las percepciones. Y en general, en las cualidades, una misma cualidad se nos manifiesta dividida, mientras que, en el Alma, la misma alma se nos manifiesta indivisa, pero se dice que está dividida en el sentido de que está en todas partes.

Tratemos, pues, de estos puntos desde el principio, por si se nos ofrece alguna clarificación aceptable: ¿Cómo es que el Alma, siendo incorpórea y exenta de magnitud, es capaz de alcanzar una extensión dilatadísima, sea con anterioridad a los cuerpos, sea en los cuerpos? Si apareciese clara su extensibilidad con anterioridad a los cuerpos, nos resultaría ya más fácil el aceptar esa misma extensibilidad sobre los cuerpos.

,