12. Pero, ¿llegaríamos a decir que el uno y la unidad no tienen existencia alguna, y que no hay unidad alguna que no posea determinada unidad1? Si se da, en efecto, una cierta impresión del alma respecto a cada uno de los seres, ¿qué nos impide decir que, cuando se habla del ser, nos referimos a una impresión del alma pero no a la existencia del ser? Si, puesto que el ser hiere y golpea el alma y produce en ella una imagen de sí mismo, no ha lugar a esta afirmación, igual habrá que decir cuando vemos que el alma es excitada por la unidad y recibe en sí una imagen de ella. Y aun más: ¿esa impresión o noción del alma es una o múltiple? Cuando decimos que no es una, no es de ella misma de la que poseemos la unidad. Decimos en todo caso que la unidad no se da en ella y que somos nosotros los que poseemos esta unidad, que está en el alma sin que llegue a ser algo concreto.
¿Ocurrirá que poseamos la unidad porque la hemos obtenido de las cosas exteriores, de las que recibimos una cierta idea o impresión que es como una especie de reflexión con base en el objeto? Cuantos ponen en nosotros mismos la noción de los números y de la unidad, se mostrarían favorables a lo que decimos dando por existentes algunos de estos objetos; pero no acontecería otro tanto si se dijese que la unidad es posterior a las cosas y que se produce en nosotros con el carácter de impresión o de noción, por ejemplo hablando de tal o cuál objeto, de una turba, de una fiesta, de un ejército o de una multitud. Porque, así como .la multitud no es otra cosa que una multiplicidad de seres, y la fiesta no es nada más que una reunión de gentes que se regocijan con los actos sagrados, así también no pensamos la unidad como algo aislado de todo lo demás cuando nos referimos al uno. Con muchas otras cosas ocurre lo mismo; así, por ejemplo, con lo situado a la derecha, o en lo alto, o con los contrarios de estas cosas. ¿Qué tendrá que ver con la existencia el estar a la derecha, sí no decimos que alguien está así, o en posición de pie, o sentado? E igual afirmaremos de lo alto, porque lo que llamamos con este nombre es lo que ocupa tal posición o se encuentra sobre todo en esa región del universo. Otro tanto diríase de lo bajo. Con respecto a todo lo que acaba de decirse habrá que contestar que se da una cierta existencia para las cosas ya reseñadas. Sin embargo, esta existencia no es la misma en todos los casos, ni para unas cosas relativamente a otras, Tni para todas en vista de la unidad. Por tanto, habrá que proceder por separado en cuanto se refiere a cada caso.