gr. ἐπιστροφή, epistrophê: retorno, conversão. A significação de base é um retornar sobre si. Plotino usa explicitamente para designar a maneira pela qual o produto indeterminado da emanação se volta para sua origem e adquire a definição própria de sua hipóstase. Assim, exprime igualmente a conversão da alma, na contemplação da hierarquia das hipóstases.
epistrophê: retorno
A noção de «retorno» da tradição (platônica é distinta de, mas relacionada com, o problema epistemológico do conhecimento de Deus (para essa relação, ver Proclo, Elem. theol., prop. 39). Difere no fato de ser uma função de desejo (orexis). A sua base ontológica é a identificação do Uno transcendente com o Bem (Platão, Republica 509b, Phil. 20d; Plotino, Enéadas V, 5, 13; Proclo, Elem. theol. prop. 8) que é necessariamente um objeto de desejo, e a identidade da causa eficiente e final, o efeito, no platonismo médio, de combinar o demiourgos de Platão com o nous de Aristóteles. A dialética da epistrophe é o reverso da processão (proodos), e é elaborada em Proclo, Elem. theol. props. 31-39. [Termos Filosóficos Gregos, F. E. Peters]
epistrophê: retorno, conversão. O “retorno”, seja dito no grego epistrophe, está ligado à uma pluralidade de espaços semânticos. Pertence ao gênero do movimento, da “strophe” se se fala grego, ou da “versão” se se escolhe o latim. Mas é uma virada pela qual se re-vem aí onde se tinha sua morada, ou melhor uma maneira de se desviar insistindo sobre o que se afasta, sem bem saber aí onde se vai? Retornar “a si mesmo”, não é melhor saber o parêntese que se fecha, do que o aí onde se revem? Todo retorno, com efeito, não é nostalgia, efeito deste sofrimento do exílio, do qual afigura exemplar permanece o Ulisses da Odisseia. O retorno não pode portanto ser para nós objeto de investigação senão se nos propomos lugares que precisam seu sentido, acentuam ou retêm seu vetor (afastamento ou retorno), que limitam ou multiplicam seus pontos de aplicação. [Annick Charles Saget (ed,) Retour, repentir e constitution de soi]
García Bazán
Pues bien, este reencuentro consigo mismo, una vez cumplido, es el Sí-Mismo eterno e inmutable y esta recuperación de la Realidad como un reingreso en aquello de lo que el hombre se alejó, la vuelta al punto de partida verdadero. Según los gnósticos la recuperación se cumple de acuerdo con una doble perspectiva: individual y colectiva, aunque el fin, en última instancia coincide, ya que en el nivel espiritual las diferencias cuantitativas quedan eliminadas. Existe un centro perdurable desde el que vibra todo lo durable; el retorno, por consiguiente, será la recuperación de ese centro inmutable, al que no ponen en peligro el cambio ni la debilitación. El llamado del Salvador será siempre una exhortación a experimentar aquellas etapas fundamentales que él ha realizado, o sea, a seguir el camino de la interiorización, espiritualización o conversión. Y, evidentemente, él ha cumplido aquella escala de perfeccionamiento, pues sus mismos testimonios han mostrado que participó de aquella firmeza espiritual.
Es posible que en el encuentro de tradiciones religiosas y culturales diferentes y que según los mayores o menores recursos intelectuales de los creyentes particulares, las palabras de un destino último equivalente (epistrofé / metánoia; retorno / conversión / arrepentimiento) hayan oscurecido su significación esencial y que, entonces, las polémicas se agudicen en torno a ellas, como si se tratara de nociones diversas.
El ejemplo de PLOTINO en in initio es proverbial, aunque E.V. 35,23, dice: “este retorno, sin embargo, es llamado conversión”. Del mismo modo el Cuarto tratado del Codex Jung, 81,20, utiliza como sinónimos los términos epístrofe y metánoia. Si placet, ZANDEE, J , The Terminology of Plotinus and of some Gnostic writings, mainly the 4th. Treatise of the Jung Codex, 1961, p. 36.
Sin embargo, en cualquiera de estos casos se advierte una misma intención última. En “arrepentimiento” privan las notas del sentimiento, pero, sin duda, su móvil es espiritual. En “conversión”, en cambio, se subraya más la concordancia entre el llamado y la respuesta y se muestra, consecuentemente, la coincidencia de un centro esencial, al par que la estabilidad del centro, subraya el momento de la recuperación o vuelta hacia la verdadera realidad. El gnóstico, en cualquier momento de su historia o de la historia, puede cumplir este acto fundamental, en el instante en que su pneuma brille sin trabas. El retorno, así, tiene un sentido ontológico que lo hace aparecer como una quiebra o apertura vertical dentro del proceso temporal. Pareciera, sin embargo, también, que el gnóstico preocupado comunitariamente, hubiera insistido en oportunidades sobre la recuperación pneumática universal, esperando para ello el fin del mundo. Pero, sin duda, la referencia habrá ds ser a la conclusión del mundo del engaño, el que siempre es el destinatario de las diatribas del gnóstico y el que, con celo apostólico, quiere destruir: pero no el mundo por construir sobre la base de la imagen cósmica, del que nada dice. Efectivamente, el tiempo como realidad psíquica, en vano podría servir como instrumento soteriológico responsable, sino que a lo más, purificado de que tal sea su finalidad (y así no será ya otro elemento más de encierro), mostrará la eternidad, como su reflejo. Creemos que es también la distinción entre la estructura de un cosmos contingente y la de otro, que al sobrevalorarlo lo torna ilusorio, en relación con el verdadero mundo o el espiritual, la que ha permitido que en algunas familias gnósticas aparezcan imbricados elementos transmigratorios en su doctrina soteriológica y que, coherentemente, se dé en ellos una metafísica de la historia, más que una teología de la historia, o “historia de la salvación”, y una recuperación o retorno espiritual, más que una escatología transhistórica.
GARCIA BAZÁN, F., “¿Escatología en la Gnosis?”, en Stromata 1/2, 1970, pp. 99-106, en la línea de PUECH, “Gnosis and Time” en CAMPBELL, J., (ed.) pp. 38-84. Ver también ahora, TARDIEU, M., Trois Mythes Gnostiques, pp. 49 y ss. Para los testimonios sobre la transmigración entre los gnósticos, véase ORBE, A., Cristologia Gnostica – Cristologia Gnóstica, II, pp. 573 y ss.
Ce mouvement de l’âme du corporel vers l’incorporel est désigné par le verbe epistréphein : se tourner, se convertir vers (voir notamment traités 11 (V, 2), 1, 10 (l’Intellect se retourne vers l’Un pour se constituer comme être) ; 12 (II, 4), 5, 34 (le mouvement dans le monde intelligible a besoin de se convertir vers l’Un pour être déterminé) ; 19 (I, 2), 4, 16 (la vertu résulte pour l’âme de sa conversion vers les intelligibles). La conversion est l’un des thèmes centraux du néoplatonisme. Toute réalité en effet cherche à retrouver l’origine qui la rend possible, tels des enfants prenant pour modèle un ancêtre. Une activité ne reste donc pas seulement à son propre niveau, mais connaît un effort pour imiter ce qui lui est supérieur. Voir l’étude de P. Hadot, « Conversio ». [BPT1-6:82]
A noção de conversão em direção ao Uno é a meta última da sabedoria de Plotino, mas são os conceitos da Participação que permitem pensar os diferentes níveis da Processão. Se a imagem não existe senão em relação com seu modelo, esta relação se torna estável, segundo Plotino, na medida que há um retorno em direção à origem. A Participação não é portanto somente uma doutrina sobre a relação do sensível ao inteligível, que constataria pontos comuns entre um conjunto de fenômenos e uma Ideia, é a princípio uma atividade destes fenômenos que os faz existir segundo seu modelo inteligível. A conversão, no sentido estritamente psicológico de uma tensão da alma humana para o imaterial, não é senão um caso particular de participação tornada possível pela Participação em geral.
O termo epistrophe só está presente 9 vezes nas Enéadas, mas o verbo epistrephein umas quarenta vezes. [Jérôme Laurent, Les Fondements de la Nature selon Plotin]