—Pues de esta misma, Sócrates —contestó Dionisodoro. (275a) —Por lo tanto, Dionisodoro — agregué—, ¿sois en la actualidad los más capacitados para exhortar a los jóvenes a la filosofía1 y a la práctica de la virtud?
—Así lo creemos, efectivamente, Sócrates.
—Dejad entonces para otra ocasión —dije— el exhibirnos todas vuestras habilidades y dadnos ahora sólo una demostración: persuadid al joven que está aquí de que es necesario filosofar y ocuparse de la virtud, con lo que me complaceréis tanto a mí como a todos los presentes. En efecto, a propósito de este joven, la cosa es así: tanto yo como todos deseamos que llegue en lo posible a ser lo mejor. Es hijo de Axíoco —cuyo padre, a su vez, fue Alcibíades el viejo y primo hermano de Alcibíades, (b) el que ahora está vivo—Se llama Clinias. Es joven y estamos preocupados por él, como naturalmente sucede con quienes tienen su edad, temerosos de que alguien se nos adelante dirigiendo su mente hacia otros menesteres y quede echado a perder. Así que habéis llegado ambos muy oportunamente; y, si no tenéis inconveniente, poned a prueba al joven en nuestra presencia y dialogad con él.
Tomada aquí en su significado etimológico: amor al saber. De la misma manera aparece también más adelante (282d y 288d). Cf. n. 61 de Protágoras. ↩