ETD 280b-280d: Posse e utilização

[b] Llegamos, por fin, no sé cómo, a estar de acuerdo en que, en resumen, la cosa es así: quien dispone del saber no necesita por añadidura del éxito. Y una vez que nos pusimos de acuerdo en eso, volví a interrogarlo para ver qué sucedía con nuestras afirmaciones anteriores.

—Habíamos convenido —recordé— que si poseyésemos muchos bienes seríamos felices1 y dichosos.

Asintió.

—Ahora bien, ¿podríamos ser felices por medio de esos bienes si no nos sirviesen para nada o si nos sirven para algo?

—Si nos sirven para algo — contestó.

—¿Y nos servirían para algo si sólo los tuviésemos, pero no los usásemos? por ejemplo, a propósito de los alimentos, si tuviésemos muchos, pero no los comiéramos; o, a propósito de las bebidas, si dispusiéramos de muchas, pero no las bebiésemos, ¿nos servirían para algo?

—Evidentemente, no —dijo.

Bien. Y si todos los artesanos poseyesen todos los instrumentos que necesitan, cada uno para su propio trabajo, pero no los usasen, ¿serían dichosos con esa posesión, por el solo hecho de tener todo lo que necesita poseer un artesano? por ejemplo, un carpintero, si dispusiese de todos los implementos y de la madera necesaria, pero no fabricase nada, ¿le serviría de algo tener todo eso? [d] —De ningún modo —dijo.

—Más aún, si alguien posee riqueza y los bienes, todos, que acabamos de nombrar, pero no los usa, ¿sería feliz por la sola posesión de ellos?

—No, por cierto, Sócrates.

—Según parece, pues —dije—, es necesario que el que quiera ser feliz no sólo posea semejantes bienes, sino que los use, ya que ningún provecho se obtiene de la mera posesión.

—Es verdad.


  1. Eudáimonein, introducido aquí por primera vez en el diálogo, aparece como sinónimo de eu práttein, particularmente en el sentido fuerte que Sócrates asigna a este último. Conviene advertir que Sócrates exhibe deliberadamente cierta libertad en el empleo de los sinónimos. Le importa con ello destacar su preocupación por lo que las palabras significan —siempre que no generen confusiones— más que por las sutilezas a que puede dar lugar el uso inadecuado de los términos.