ETD 288b-292e: O objeto da filosofia

Temí yo que volviéramos a las ofensas e intenté nuevamente calmar a Ctesipo, diciéndole:

—Ctesipo, lo que poco antes decía a Clinias, te lo repito ahora a ti: no conoces que el saber de estos extranjeros es algo asombroso. Pero ellos no han querido darnos una demostración en serio, sino que imitando a Proteo, el sofista egipcio, buscan seducirnos con encantamientos1. Mas imitemos nosotros a Menelao2 y no dejemos ir a estos hombres hasta que nos hayan revelado aquello de lo que en serio se ocupan. Estoy convencido de que nos van a hacer ver en ellos algo realmente espléndido, una vez que empiecen a tomarse la cosa en serio. Roguémosles, pues, incitémosles y supliquémosles para que se nos revelen. Y me parece que yo, por mi parte, he de ser, otra vez, quien ha de abrir el camino, mostrándoles con el ejemplo cómo los incito a que se nos revelen. Retomaré el tema donde lo había dejado e intentaré [d] exponer lo mejor posible todo el resto, para ver si logro provocarlos y que, piadosos y compasivos de mi esfuerzo y mi seriedad, también ellos emprendan las cosas seriamente.


  1. Proteo era una divinidad marina, conocedora del porvenir, pero que se resistía a comunicar su saber a los hombres, transfigurándose en león, dragón, pantera, jabalí, etc. 

  2. Menelao logra interrogar a Proteo (v. Odisea IV 465 ss.).