EUT 12c-13d: A diferença específica: primeiro tempo

SÓC. — Pues algo semejante decía yo antes al preguntarte si acaso donde está lo justo, está también lo pío. O bien, donde está lo pío, allí también está lo justo, pero donde está lo justo no todo es pío, pues lo pío es una parte de lo justo. ¿Debemos decirlo así, o piensas tú de otro modo?

EUT. — No, sino así, pues me parece que hablas bien.

SÓC. — Mira, pues, lo que sigue. En efecto, si lo pío es una parte de lo justo, debemos nosotros, según parece, hallar qué parte de lo justo es lo pío. Así pues, si tú me preguntaras algo de lo que hemos hablado ahora, por ejemplo, qué parte del número es el par y cómo es precisamente este número par, yo te diría que el que no es impar, es decir, el que es divisible en dos números iguales. ¿No te parece así?

EUT. — Sí me lo parece.

SÓC. — Intenta tú también ahora mostrarme qué parte de lo justo es lo pío, para que podamos decir a Meleto que ya no nos haga injusticia ni nos presente acusación de impiedad, porque ya hemos aprendido de ti las cosas religiosas y pías y las que no lo son.

EUT. — Ciertamente, Sócrates, me parece que la parte de lo justo que es religiosa y pía es la referente al cuidado de los dioses, la que se refiere a los hombres es la parte restante de lo justo.

SÓC. — Me parece bien lo que dices, Eutifrón, pero necesito aún una pequeña aclaración. No comprendo todavía a qué llamas cuidado. Sin duda no dices que este cuidado de los dioses sea semejante a los otros cuidados. En efecto, usamos, por ejemplo, esta palabra cuando decimos: no todo el mundo sabe cuidar a los caballos, excepto el caballista. ¿Es así?

EUT. — Ciertamente.

SÓC. — Luego, de alguna manera, la hípica es el cuidado de los caballos.

EUT. — Sí.

SÓC. — Tampoco saben todos cuidar a los perros, excepto el encargado de ellos.

EUT. — Así es.

SÓC. — Pues, de algún modo, la cinegética es el cuidado de los perros.

EUT. — Sí.

SÓC. — Y la ganadería es el cuidado de los bueyes.

EUT. — Ciertamente.

SÓC. — ¿La piedad y la religiosidad es el cuidado de los dioses, Eutifrón? ¿Dices eso?

EUT. — Exactamente.

SÓC. — ¿Luego toda clase de cuidado cumple el mismo fin? Más o menos, es para bien y utilidad de lo que se cuida, según ves que los caballos cuidados por el arte de la hípica sacan utilidad y mejoran. ¿No te parece así?

EUT. — A mí, sí.

SÓC. — Y los perros cuidados por el arte de la cinegética, y los bueyes, por el de la ganadería y todas las demás cosas, del mismo modo. ¿O bien crees tú que el cuidado es para daño de lo cuidado?

EUT. — No, por Zeus.

SÓC. — ¿Es para su utilidad?

EUT. — ¿Cómo no?

SÓC. — ¿Acaso también la piedad, que es cuidado de los dioses, es de utilidad para los dioses y los hace mejores? ¿Aceptarías tú que, cuando realizas algún acto pío, haces mejor a algún dios?

EUT. — De ningún modo, por Zeus.

SÓC. — Tampoco creo yo, Eutifrón, que tú digas esto. Estoy muy lejos de creerlo; pero, precisamente por esto, te preguntaba yo cuál creías que era realmente el cuidado de. los dioses, porque pensaba que tú no decías que fuera de esta clase.

EUT. — Y pensabas rectamente, Sócrates, pues no hablo de esa clase de cuidado.