EUT 3e-4e: O processo de Eutífron contra seu pai

SÓC. — ¿Cuál es tu proceso, Eutifrón? ¿Eres acusado, o acusador?

EUT. — Acusador.

SÓC. — ¿A quién acusas?

EUT. — A quien, por acusarle, voy a parecer loco.

SÓC. — ¿ Qué, pues; persigues a un pájaro?

EUT. — Está muy lejos de volar; es, precisamente, un hombre muy viejo.

SÓC. — ¿Quién es él?

EUT. — Mi padre.

Sóc — ¿Tu padre, amigo?

EUT. — Ciertamente.

SÓC. — ¿Cuál es el motivo de tu acusación y por qué, el juicio?

EUT. — Homicidio, Sócrates.

SÓC. — ¡Por Heracles! De seguro que la multitud ignora lo que es realmente obrar bien. En efecto, yo creo que hacer esto no está al alcance de cualquiera, sino del que ya está adelante en la sabiduría.

EUT. — Ciertamente avanzado, por Zeus, Sócrates.

SÓC. — ¿Es algún miembro de la familia el muerto por tu padre? Es seguro que sí, pues tú no le perseguías por homicidio a causa de un extraño.

EUT.— Es ridículo, Sócrates, que pienses que hay alguna diferencia en que sea extraño o sea familiar el muerto, y que, por el contrario, no pienses que es sólo necesario tener en cuenta si el que lo mató lo hizo justamente o no. Y si lo ha hecho justamente, dejar el asunto en paz; pero si no, perseguirlo, aunque el matad viva en el mismo hogar que tú y coma en la misma mesa. En efecto, la impureza es la misma, si, sabiéndolo, vives con él y no te libras de ella tú mismo y lo libras a él acusándole en justicia. En este caso, el muerto era un jornalero mío. Como explotamos tierra en Naxos, estaba allí a sueldo con nosotros. Habiéndose emborrachado e irritado con uno de nuestros criados, lo degolló. Así pues, mi padre mandó atarlo de pies y manos y echarlo a una fosa, y envió aquí a un hombre para informarse del exegeta sobre qué debía hacer. En este tiempo se despreocupó del hombre atado y se olvidó de él en la idea de que, como homicida, no era cosa importante si moría. Es lo que sucedió. Por el hambre, el frío y las ataduras murió antes de que regresara el enviado al exegeta. A causa de esto, están irritados mi padre y los otros familiares porque yo, por este homicida, acuse a mi padre de homicidio; sin haberlo él matado, dicen ellos, y si incluso lo hubiera matado, al ser el muerto un homicida, no había necesidad de preocuparse por un hombre así. Pues es impío que un hijo lleve una acción judicial de homicidio contra su padre. Saben mal, Sócrates, cómo es lo divino acerca de lo pío y lo impío.