Tales son, mi querido joven, los maravillosos y divinos bienes que te procurará la afección de un amante; pero la amistad de un hombre sin amor, que sólo cuenta con una sabiduría mortal y que vive entregado por entero a los vanos cuidados del mundo, no puede producir, en el alma de la persona que ama, más que una prudencia de esclavo, a la que el vulgo da el nombre de virtud, pero que le hará andar errante, privado de razón en la tierra y en las cavernas subterráneas durante nueve mil años.
[Edición Electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS]Fedro:256e-257a – Punição dos falsos amantes
- Fedro 242b-259d — Segunda Parte
- Fedro 243e-257b — Segundo discurso de Sócrates
- Fedro 245c-246a — A alma, sua imortalidade
- Fedro 246a-246d — O mito do coche alado
- Fedro 246d-247b — A procissão celeste das almas
- Fedro 247b-247e — O lugar que é acima do céu
- Fedro 248a-248c — Almas não divinas
- Fedro 248c-249b — Destino final das almas
- Fedro 249b-249d — Reminiscência das Ideias
- Fedro 249d-250a — O delírio do amor