Fraile: Neoplatonismo


Excertos de Guillermo Fraile, História da Filosofia

A mediados del siglo III vuelve a reaparecer el platonismo en forma de un potente movimiento, que se inicia en Alejandría y se extiende ampliamente por todos los centros culturales del mundo greco-romano, Roma, Atenas, Antioquía, Pérgamo, etc. Este resurgir se ha interpretado como un último esfuerzo del paganismo para organizarse en un sistema racional teológico, frente al cristianismo que invadía triunfalmente el imperio. En realidad se trata de un movimiento, no puramente filosófico, sino con un profundo sentimiento religioso. Pero también es verdad que el sistema de Plotino no se ajusta demasiado a la religión pagana, sino que es más bien una construcción filosófica independiente, aunque fue utilizado por Porfirio y el emperador Juliano como arma contra el cristianismo1.

Los antecedentes inmediatos del neoplatonismo se hallan en el neopitagorismo y el platonismo medio, especialmente en Plutarco y Numenio de Apamea, y a través de éste en Filón. Su esquema representativo del mundo equivale al corriente en la época inmediatamente anterior. Como iniciador de la escuela alejandrina puede considerarse Ammonio Sakkas (h. 175-242 /245) discípulo de Potamón, del cual no sabemos más que al parecer fue cristiano y retornó después al paganismo. Su influjo se debió tal vez más al ejemplo de su vida que a sus enseñanzas, las cuales ignoramos en concreto, porque no dejó nada escrito2.

A la escuela de Ammonio asistieron Herennio, Olimpio de Alejandría, Teodosio, Orígenes, distinto del escritor cristiano; Hierocles, Longino Casio (h.213), retórico y filólogo, que ponía el mundo de las Ideas separado del entendimiento divino. Fue condenado a muerte por Valeriano en 273. Escribió Sobre el fin, Sobre la justicia en Platón, Sobre el instinto, Sobre los principios, El amigo de la antigüedad (Porfirio, Vita Plotini c.20). No se le debe confundir con el autor del tratado Sobre lo sublime (Peri hypsous). El gran discípulo de Ammonio fue Plotino.


  1. Es muy significativa la anécdota que refiere Porfirio en su Vida de Plotino. «Amelio, que era muy exacto en hacer los sacrificios y que celebraba con gran cuidado la fiesta de la luna nueva, rogó un día a Plotino que lo acompañara a una de aquellas ceremonias. Plotino le contestó: «A los dioses les corresponde venir a buscarme a mí, y no a mí el ir a buscarlos a ellos». 

  2. El P. E. Elorduy, S. I., ha tratado de rehabilitar la memoria de Ammonio y propuesto la hipótesis de que pudiera ser el autor de los escritos del Seudo Dionisio. ¿Es Ammonio Sakkas el Pseudo-Areopagita?: Estudios Eclesiásticos (Madrid 1944) 501-557; Id., Ammonio Sakkas. La leyenda de su apostasía: Pensamiento (1947) p.5-27; Id., En torno a Plotino: Estudios Eclesiásticos (1952) p.225-232.