Fraile: Porfírio

Excertos de HISTÓRIA DA FILOSOFIA de Guillermo Fraile

Porfirio (h.233-304).—Natural de Tiro o de Batanea (Siria). Su nombre propio era Maleo. Estudió primeramente en Alejandría, donde conoció a Orígenes, y después en Atenas con Longino Casio el retórico y con el gramático Demetrio. En 262 fue a Roma, ingresando en la escuela de Plotino, donde fue recibido por Amelio, en ausencia del maestro. Permaneció allí seis años, hasta que, a consecuencia de sus rigores ascéticos, sufrió una crisis nerviosa, en que llegó casi al suicido (268). Por consejo de Plotino se retiró una temporada a Lilibea (Sicilia), donde se hallaba cuando falleció su maestro (270). Tras un breve viaje por Africa regresó a Roma, donde sucedió a Plotino en la dirección de la escuela. Siendo ya viejo se casó con Marcela, viuda de un amigo. Murió a principios del siglo IV. Según un testimonio de Sócrates, había sido cristiano y apostatado después (Hist. Eccles. III 23). Pero no parece exacto.

Fue un escritor enciclopédico que cultivó los temas más variados. Escribió 77 obras, aunque pocas han llegado íntegras hasta nosotros. Se propuso conciliar a Platón y Aristóteles, inaugurando la serie de los grandes comentaristas neoplatóni-cos con su tratado sobre las cinco voces, o Introducción (Eisagoge) a las Categorías de Aristóteles, traducido al latín por Mario Victorino y Boecio y después al siríaco, al árabe y al armenio, y que tuvo el destino de inaugurar la famosa controversia sobre los universales, con que se inicia la especulación filosófica en la Edad Media1. Sus obras más notables son las siguientes: Antes de 263: De la Filosofía tomada de los oráculos, Cuestiones homéricas, Historia de la Filosofía (contiene la Vida de Pitágoras), Comentarios a los Armónicos de Tolomeo, Introducción a la Astrología, Sobre las imágenes de los dioses. Entre 263-268: Comentarios a Platón (Timeo), Introducción a las Categorías de Aristóteles (Isagoge), a petición del senador Crisaorio. Entre 268-270: Contra los cristianos, en 15 libros, en que trata de defender el paganismo contra el cristianismo, niega la autenticidad del Pentateuco, la anterioridad de las profecías, la divinidad de Jesucristo y acumula contradicciones en la Biblia. Fue refutado por Eusebio de Cesarea, San Metodio de Olimpia, Apolinar de Laodicea y Filostorgio. Carta al sacerdote Anebón, Sobre el retorno del alma a Dios, Sobre la abstinencia de carne de los animales. Después de 270: Sentencias introductorias a lo inteligible (traducida por Ficino con el título De occasionibus), Sobre el antro de las ninfas, Carta a Marcela. Hacia el año 300 publicó su edición de las Ennéadas de Plotino, precedidas de una vida de su maestro.

Su doctrina carece de originalidad, reproduciendo el esquema plotiniano. Solamente acentúa la tendencia al ascetismo y trata de defender las prácticas religiosas del paganismo. £n la cumbre del ser está el Uno, que es absolutamente incorpóreo Está presente en todas partes, sin estar en ninguna. Debajo está la Inteligencia, que procede del Uno. Es también incorpórea simple e indivisible. En ella se contiene el mundo inteligible de las Ideas. «No hay en ella una parte que piense, mientras que otra no piensa. Porque entonces, en cuanto que no pensara sería ininteligible». De la Inteligencia, a su vez, procede el Alma del mundo, que ya es compuesta y móvil. Tiene dos partes, la superior, que se identifica con el Demiurgo, y la inferior, en la cual se contienen todas las almas particulares que proceden de ella, aunque sin dividirla ni destruir su unidad. Debajo de las almas están la materia y los cuerpos. Pero ni éstos ni el espacio tienen propiamente realidad, pues la verdadera realidad es la de los seres incorpóreos, los cuales pueden multiplicarse sin dividirse. Todo lo divisible está contenido en la unidad, y la materia en el espíritu. Así los cuerpos están contenidos en el alma, el alma en la Inteligencia y todas las cosas en el Uno. Todo proviene del Uno y todo está en el Uno, pero el Uno no es ninguna de las cosas particulares.

Porfirio se esfuerza por subrayar la absoluta contraposición entre alma y cuerpo. Al principio todas las almas residían en el cielo de las estrellas fijas. Después revistieron un cuerpo formado de éter, a la manera de un vehículo (ochema). Conforme fueron descendiendo, su cuerpo se fue haciendo cada vez más pesado, con las partículas adheridas al atravesar por las esferas de los planetas. Las almas menos cargadas quedaron en las regiones astrales. Pero las que recibieron mayor peso llegaron hasta la tierra.

En Moral su tema fundamental es la salvación del alma (he tes psyches soteria), que se logra mediante el autoconocimiento, el ascetismo, la purificación y el conocimiento de Dios. El alma debe liberarse del cuerpo para retornar a su primer principio. Hay que suprimir las pasiones, consumando una muerte filosófica, que es aún más eficaz que el suicidio para desprenderse del cuerpo. «Hay dos muertes: una, la más conocida, cuando el cuerpo se separa del alma; otra, que es la de los filósofos, cuando el alma se desprende del cuerpo»2.

El proceso de desprendimiento se realiza mediante la virtud, que tiene cuatro grados: 1.° Virtudes políticas, que consisten esencialmente en moderar y dominar las pasiones para obrar conforme a las leyes de la naturaleza. Hacen al hombre honesto. 2° Virtudes catárticas, que purifican el alma en cuanto alma, y la liberan en absoluto de las pasiones (apatía). Hacen al hombre demonio bueno. 3° Virtudes contemplativas, por las que el alma ejerce la actividad intelectual, obrando conforme al entendimiento. Hacen al hombre divino. 4° Virtudes ejemplares o paradigmáticas, que son propias de la inteligencia en cuanto tal. Hacen al hombre dios padre3. El que posee las virtudes superiores posee también las inferiores, pero no a la inversa.

El sabio debe practicar una sobriedad absoluta, abstenerse de todos los placeres, prescindir del matrimonio, etc. El alma, concentrada en sí misma, se separa del cuerpo y encuentra a Dios. «La mente del sabio es el verdadero templo de Dios, y a Dios le tributa el máximo culto el que más le conoce». «Dios no necesita de nadie. El sabio solamente necesita de Dios». «Con el conocimiento de Dios los hombres se purifican, y acercándose a Dios consiguen la justicia». «El sabio honra a Dios incluso en el silencio; el necio lo insulta hasta cuando ora y ofrece sacrificios». «El que profesa la sabiduría profesa la ciencia que conoce a Dios, y ejercita la piedad hacia El no con plegarias y sacrificios, sino con las obras»4. «Le honramos con el puro silencio y con los pensamientos puros acerca de El»5.

No obstante, en la carta a Anebón—a la cual contestó un discípulo de Jámblico con el libro De mysteriis—, aunque propone fórmulas muy puras de religión, como la pureza del corazón, la práctica de la virtud, la imitación de los dioses, etc.; sin embargo, hace concesiones a las formas de religión popular, admitiendo la magia, la teúrgia, la astrología y toda la abigarrada turbamulta de dioses del paganismo. Solamente hace una excepción con el cristianismo, que rechaza por completo, y al que combatió duramente6.

Fueron discípulos suyos en Roma Crisaorio, Gauro, Gedalio, Nemercio y Jámblico.


  1. He aquí el pasaje que dio origen a tan largas controversias: «Mox de generibus et speciebus, ilíud quidem sive subsistant, sive in solis nudis intellectibus posita sint: sive subsistentia corporalia sint, an incorporalia; et utrum separata a sensibilibus, an in sensibilibus posita, et circa ea consistentia, dicere recusabo: altissimum enim negotium est huiusmodi, et maioris egens inquisitionis» (Porphirii quinque vocum liber praefatio, ed. y comentario de Angel Poliziano). 

  2. Sentencias 9: ed. Didot, Bibl. graeca t.46. 

  3. Sentencias 32. 

  4. Carta a Marcela 11-12.16-17. 

  5. De abstinentia 11 34. 

  6. P. de Labriolle, La Réaction païenne. Étude sur la polémique antechrétienne du I au VI siécle (París 1934) p.224-296. 

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