Fraile: Proclo — Ética

La moralidad consiste en el proceso ascendente del alma, que va subiendo a través de la práctica de las virtudes, hasta llegar a la unión con el Uno. Proclo multiplica los grados plotinianos de la virtud. Hay virtudes físicas, éticas, políticas o sociales, todas las cuales no trascienden el orden de lo corpóreo; otras son catárticas, dianoéticas y teoréticas, pero permanecen todavía unidas a la discursividad; otras son teúrgicas, hieráticas y paradigmáticas, que son las que hacen entrar al hombre en contacto con lo divino. En este ascenso hay tres grados: el primero es el amor (eros), que da el impulso inicial; el segundo, la verdad (aletheia), que llega hasta el mundo inteligible; el tercero y supremo es la fe (pistis), que eleva al alma por encima de todo pensamiento, hasta contemplar en el silencio místico el esplendor del ser incomprensible e inefable, en el cual se absorbe, aunque sin perder del todo su personalidad. Hay además otros medios más eficaces para ponerse en contacto con la divinidad, que son las oraciones, los símbolos, los oráculos, la teúrgia y los misterios. Por todos ellos se logra la elevación del alma desde el mundo sensible hasta el inteligible y divino.

Fueron discípulos de Proclo Hermías de Alejandría, Ammonio de Atenas, Asclepiodoto el Grande (s.v), Agapio de Atenas (s.v) y Marino, que le sucedió en el escolarcado (485) y escribió su vida, llena de fantasías y exageraciones. Era de ascendencia judía, natural de Neápolis, en Samaria. Se distinguió como matemático y comentarista de Platón. Por encima de las virtudes especulativas o teoréticas, y a continuación de la sophia, colocaba las virtudes teúrgicas (theourgikai), que, aunque son especulativas, actúan directamente sobre los seres corpóreos1. Le sucedió su discípulo Isidoro de Gaza (s. V, h.490), que acentuó todavía más la tendencia místico-teúrgica. A Isidoro sucedieron Hegías (s. V), Zenodoto (s. V), y a éste, Damascio, que fue el último escolarca (520-529), pues en 529 la escuela de Atenas fue clausurada por orden del emperador Justiniano, que se incautó de sus bienes.


  1. Marino, en su Vida de Proclo, distingue siete grados de virtudes: 1.°, físicas o naturales; 2.°, éticas; 3.°, políticas o sociales; 4.°, catárticas; 5.°, teoréticas (sophia); 6.°, teúrgicas; 7.°, hieráticas. 

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