HMEN 369a-371d: Retorno à interpretação de Homero

Sóc. -Ni podrás, según creo. Si yo digo la verdad, ¿tienes presente lo que resulta del razonamiento, Hipias?

Hip. -No tengo muy en la mente lo que dices, Sócrates.

Sóc. -Porque quizá ahora no utilizas la mnemotecnia; sin duda, no lo crees necesario. Yo te lo recordaré. ¿Sabes que tú decías que Aquiles era veraz y Odiseo, mentiroso y astuto?

Hip. – Sí.

Sóc. -Te das cuenta de que ahora han resultado ser la misma persona el mentiroso y el veraz, de manera que si Odiseo era mentiroso, venía a ser también veraz; que si Aquíles era veraz, también era mentiroso, y que no son diferentes ni contrarios estos hombres, sino semejantes?

Hip. -Sócrates, tú siempre trenzas razonamientos de este tipo; tomas separadamente lo más capcioso de la argumentación, te aferras a ello, tratas el asunto en pedazos y no discutes en su totalidad el tema del razonamiento. Pues, ahora, si tú quieres, yo te demostraré con muchos testimonios y con razonamiento apropiado que Homero ha hecho a Aquiles mejor que a Odiseo e incapaz de mentir; y que al otro, en cambio, lo ha hecho falso, muy mentiroso e inferior a Aquiles. Por tu parte, si quieres, contrapón discurso a discurso diciendo que Odiseo es mejor; así éstos tendrán más elementos de juicio sobre quién de los dos habla mejor.

Sóc. -Hipias, yo no discuto que tú seas más sabio que yo. Tengo siempre la costumbre, cuando alguien habla, de prestarle mi atención, especialmente cuando el que habla me parece sabio, y, en mi deseo de comprender lo que dice, averiguo, reexamino, comparo lo que se dice, a fin de aprender. Si el que habla me parece de poco valer, ni insisto en mis preguntas ni me intereso por lo que dice. En esto reconocerás a los que yo considero sabios; encontrarás que soy insistente sobre lo que dicen y que interrogo para aprender y sacar provecho. En efecto, al hablar tú ahora me he dado cuenta de que en los versos que tú citabas, mostrando que Aquiles se dirige a Odiseo como si éste fuera un charlatán, me resulta extraño que tú tengas razón, porque Odiseo, el astuto, en niguna parte aparece mintiendo, en cambio Aquiles se muestra astuto, como tú dices. En todo caso, miente; habiendo dicho estos versos que tú citabas antes:

«Es mi enemigo como las puertas del Hades el que oculta en la mente una cosa y dice otra»,

dice, poco después, que no le convencerán Odiseo y Agamenón y que de ningún modo se quedará en Troya, sino que:

«Mañana, dice él, tras haber hecho tos sacrificios a Zeus y a todos los dioses, habiendo cargado bien las naves y haciéndolas arrastrar al mar, verás, si quieres y te interesa esto, navegar muy de mañana hacia el Helesponto, rico en peces, mis naves y, en ellas, a mis hombres afanosos de remar. Si el glorioso Enosigeo nos concede buena navegación, al tercer día podría llegar yo a la fértil Ptía».

Incluso, antes de esto, cuando injuriaba a Agamenón, -dijo:

«Ahora me voy a ir a Ptía, puesto que es mucho mejor ir a casa con las curvas naves; no pienso estar aquí sin honores y amontonar para ti caudal y riqueza».

Tras haber dicho estas palabras, las unas, en presencia de todo el ejército, las otras, ante sus compañeros, en ninguna parte se le ve ni prepararse ni intentar echar las naves al mar con la intención de regresar a su casa, sino que desprecia, con la mayor tranquilidad, el decir la verdad. Así pues, Hipias, te preguntaba yo desde el principio, porque no sabía a cuál de estos dos hombres había hecho mejor el poeta, y porque consideraba que los dos eran excelentes y que es difícil discernir quién de ellos era mejor en cuanto a verdad y engaño u otra cualidad. En efecto, con relación a esto los dos eran casi iguales.