Igal: Tratado 2,14 (IV, 7, 14) — As almas dos viventes individuais subsistem separadamente dos corpos

14. En cuanto a las almas de los otros animales, almas caídas que han llegado a los cuerpos de las bestias, serán también necesariamente inmortales. Y si existiese otra clase de almas, no podría venir de otro lugar que de la naturaleza viva, causa verdadera de la vida para los demás animales, incluyendo aquí el alma de las plantas. Porque todas han salido del mismo principio y tienen una vida propia, siendo incorpóreas, indivisibles y, en definitiva, sustancias. Podría aducirse que el alma, como ser compuesto de tres partes, tendrá que disolverse; pero a esto contestaríamos nosotros que las almas puras y liberadas del cuerpo abandonaran todo lo que han recibido en el curso de la generación, mientras las otras almas seguirán conviviendo con ello aún por mucho tiempo. Sin embargo, este elemento inferior no llegará a perecer, a pesar de su abandono, en tanto pueda permanecer allí donde se encuentra su principio. Porque es claro que ningún ser perecerá.