Igal: Tratado 2,15 (IV, 7, 15) — As almas sobrevivem à desaparição dos corpos

15. Se ha dicho, pues, todo lo que es preciso a aquellos que exigían una demostración. Pero en cuanto a los que piden una prueba sensible, habrá que obtenerla de las numerosas tradiciones que atañen a este asunto, de los oráculos de los dioses que ordenan se aplaque la cólera de las almas inducidas al error y de los honores que son debidos a los muertos en la idea de que no han perdido la sensación, pues eso es precisamente lo que hacen todos los hombres cuando se dirigen a los que ya dejaron esta vida. Porque, en efecto, muchas almas que antes se encontraban en los hombres y que ahora se hallan fuera de sus cuerpos, no cesan de prestarles sus buenos servicios; esto es, son almas que nos ayudan dándonos a conocer los oráculos e informándonos de todo lo demás. Y, en definitiva, nos muestran por sí mismas que las otras almas tampoco han perecido.