Tomando entonces la palabra Alcibíades dijo:
– No hablas como es debido, Calias; porque Sócrates reconoce no poseer el arte de los discursos largos y cede la primacía; pero en el arte de disputar y de saber ceder y tomar la palabra, me maravillaría si cediera la primacía a alguien. Por lo tanto, si Protágoras reconoce que es inferior a Sócrates en el arte de la disputa, Sócrates queda satisfecho. Pero si aspira a esa primacía, que dispute mediante preguntas y respuestas y que no desarrolle, a cada pregunta, un largo discurso, esquivando las cuestiones y rehusando justificarlas, antes bien, dándoles largas, hasta que la mayoría de los oyentes se olviden de qué trataba la pregunta. En cuanto a Sócrates, yo garantizo que no se olvida de nada y que, cuanto menos, bromea cuando dice que es olvidadizo. Así pues, me parece que la propuesta de Sócrates es más razonable. Es preciso que cada uno manifieste su opinión.
Después de Alcibíades, creo que fue Critias quien dijo:
– Pródico e Hipias, me parece que Calias se inclina por Protágoras, en tanto que Alcibíades es siempre porfiado en lo que se propone. Nosotros, en cambio, no debemos porfiar ni por Sócrates ni por Protágoras, sino pedirles a ambos, a la vez, que no interrumpan la conversación.