Neoplatonismo em Pérgamo

El neoplatonismo en Pérgamo
(excertos de Guillermos Fraile, História da Filosofia)

Es una derivación de la rama siríaca, y fue fundada por Edesio de Capadocia († 360), discípulo de Jámblico. Se distinguió por la exageración de la tendencia mágica y teúrgica, por su esfuerzo para restablecer el politeísmo pagano, encuadrando sus dioses en el marco del neoplatonismo, mediante la aplicación más desbordada del método mítico y alegórico, y por haber sido el centro de la persecución contra el cristianismo llevada a cabo por el emperador Juliano.

Pertenecen a esta tendencia Máximo de Efeso, maestro de Juliano (351), que comentó las Categorías y murió ajusticiado en 372, acusado de magia. Prisco de Molossos, filósofo hie-rofante, que compuso compendios de las obras de Aristóteles e influyó mucho sobre Juliano. Eusebio de Myndo. Crisancio de Sardes, notable por la austeridad de su vida. Fue nombrado por Juliano gran sacerdote de Lidia. Eunapio de Sardes, discípulo de Crisancio, que escribió las vidas de los representantes de la escuela Libanio de Antioquía (314-11.339), maestro de Juliano, rétor elocuentísimo, que atacó violentamente a los cristianos. Salustio, que compuso una obra mediocre (Sobre los dioses y el mundo), para defender el politeísmo pagano. La dialéctica no puede llegar al conocimiento de la naturaleza de los dioses. Hay que acudir a los mitos. Hay mitos materiales, físicos, psíquicos, teológicos y mixtos. Sabiéndolos utilizar se pueden interpretar debidamente los relatos de la mitología. En la cumbre de todas las cosas está la Unidad suprema, que es el Dios por excelencia. Debajo están los dioses hipercósmicos: el principio de la esencia, el principio de la inteligencia y el principio de la vida. A continuación se escalonan los dioses cósmicos, que están en relación con el mundo sensible, y que son de muchas clases: dioses creadores, como Júpiter y Neptuno; dioses animadores, como Ceres, Juno y Diana; dioses organizadores, como Apolo, Venus y Mercurio; dioses conservadores, como Vesta, Palas y Marte. Claramente se ve el intento de interpretar la mitología pagana a la luz de las procesiones del neoplatonismo.

La charlatanería y la prosopopeya de los neoplatónicos de Pérgamo ganó a su causa a Claudio Flavio Juliano (332-363), sobrino de Constantino, que en su estancia en Pérgamo y Efeso entró en contacto con Prisco y con Máximo, el cual lo inició en los cultos secretos de la teúrgia. César en 355, y después emperador en 361, emprendió una violenta persecución contra los cristianos, de corta duración porque murió dos años después peleando contra los persas. Trató de hacer revivir el helenismo y restaurar el culto de los dioses paganos. Se conservan Panegíricos y Elogios. Se han perdido otros escritos Sobre las tres figuras del silogismo, Sobre el origen de los males, Mecánica y Saturnales. Quedan fragmentos de su alegato Contra los Galileos, refutado por San Cirilo de Alejandría. Juliano ha pasado a la historia con el triste título de el Apóstata.

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