Nota de seu livro La Terapia del Deseo. Barcelona: Paidós, 2003, p. 35
Eudaimonía suele traducirse por « felicidad»: pero dicha traducción es engañosa, pues olvida el aspecto de actividad y el de plenitud de la vida, que está presente (tal como sostiene convincentemente Aristóteles) en el uso ordinario del término griego, a la vez que sugiere erróneamente que se trata de un estado o sentimiento de satisfacción. (La lengua inglesa, con anterioridad al utilitarismo, utilizaba happiness [«Felicidad»] en un sentido casi tan amplio como ése; pero en nuestra época la palabra está inevitablemente teñida de connotaciones utilitaristas.) Uno puede argüir que eudaimonía es un estado o un sentimiento; y veremos ejemplos de que es asi. Pero ese significado no está en absoluto contenido en el término mismo y, de hecho, parece que el término, en su uso general, connota el hecho de estar activo: parece contrario a la intuición sostener que un estado no activo pueda ser equivalente a eudaimonía. Por consiguiente, lo que haré casi siempre será transliterar el término o utilizar la engorrosa expresión «florecimiento humano».