A continuación, debemos observar que hay muchas clases de fuego, por ejemplo, la llama y lo que se desprende de la llama, que aunque no quema proporciona luz a los ojos, y lo que queda de fuego en las ascuas tras apagarse la llama. Del mismo modo, en lo que concierne al aire, uno, el más brillante, lleva el nombre de éter, otro, el más turbio, es llamado niebla y oscuridad y hay otras formas anónimas, nacidas a causa de la desigualdad de los triángulos. Las clases de agua son dos, en primera instancia, una líquida y otra fusible. Dado que el género líquido participa de las clases pequeñas de agua, al ser éstas desiguales, a causa de su desequilibrio y de la forma de su figura, puede moverse por sí mismo o por la acción de otro agente. El que está formado de las clases grandes y equilibradas, sólido y pesado a causa de su equilibrio, es más estable que aquél; no obstante bajo la acción del fuego que se le aproxima y lo diluye, pierde el equilibrio y, una vez que lo ha destruido, participa más del movimiento. Cuando se ha hecho muy móvil, el aire circundante lo empuja y extiende sobre la tierra. Cada uno de estos fenómenos recibe una denominación, la reducción de su dimensión, licuefacción, y la extensión sobre la tierra, flujo. Cuando el fuego se retira nuevamente de allí, como no sale al vacío, empuja al aire circundante, que comprime violentamente la masa húmeda, que aún es muy móvil, hacia el lugar que ocupaba el fuego, y la mezcla consigo mismo. La masa comprimida y nuevamente equilibrada por el alejamiento del fuego, artífice del desequilibrio, recupera su estado anterior. La liberación del fuego se llama enfriamiento y se dice que la compresión que se produce cuando éste se aleja es el estado sólido. De todos los tipos de agua que hemos denominado fusibles, el más denso, nacido de las partículas más tenues y homogéneas, único y de color amarillo brillante, es la posesión más preciosa, el oro, que, una vez filtrado a través de la piedra, se solidifica. Un retoño del oro, muy duro por su densidad y negro, es llamado adamante. El género que tiene partículas próximas al oro, pero con más de una especie y con una densidad mayor que éste, por participar de la tierra en una parte reducida, lo que lo hace más duro, es, sin embargo, más liviano que él porque tiene en su interior grandes intersticios; este género, compuesto de aguas brillantes y solidificadas, es el cobre. Se denomina herrumbre a la parte de tierra que viene mezclada con él y que se hace visible cuando ambos envejecen y se vuelven a separar. Pero no es en absoluto difícil de comprender que distinga el resto de tales especies el que investiga el género de los mitos probables, que uno podría practicar en su vida como un juego moderado y prudente cuando, para descansar de los discursos sobre los seres eternos, se dedica a los probables acerca de la generación y alcanza un placer despreocupado. Así, también nosotros dejaremos de lado ahora las especies restantes y expondremos lo probable que viene a continuación. El agua mezclada con el fuego que es tenue y líquida se llama líquida por el movimiento y el camino por el que rueda sobre la tierra y, además, es blanda porque sus bases ceden al ser menos estables que las de la tierra. Este agua, cuando está separada del fuego y del aire y aislada, se vuelve más uniforme, se condensa por los elementos que salen y, de esta manera, alcanza el estado sólido. Cuando el agua se ha solidificado totalmente, si está en lo alto sobre la tierra se llama granizo; si se encuentra directamente encima de la tierra, hielo. Cuando aún no se ha hecho del todo sólida, la que está en lo alto sobre la tierra se denomina nieve y la que está directamente encima de la tierra, surgida del rocío, escarcha. Las clases de aguas se entremezclan, por cierto, en su mayor parte. Cuando se filtran a través de las plantas de la tierra se llaman humores, que son disímiles a causa de las mezclas que los constituyen. Muchos conforman otros tantos géneros anónimos, pero cuatro, todas ellas especies que contienen fuego y han llegado a ser muy conocidas, recibieron un nombre: el género capaz de dar calor al alma y al cuerpo, vino; el suave y capaz de cortar el rayo de la vista y, por esto, de aspecto brillante y resplandeciente y de apariencia grasienta, género aceitoso — la brea, el aceite de ricino, el aceite de oliva y todo lo demás que posee la misma cualidad — ; cuanto tiene la propiedad de relajar los conductos bucales hasta su tamaño natural y proporciona dulzura con esta capacidad, recibió el nombre general de miel; el que disuelve la carne quemándola, un género espumoso, diverso de todos los humores, es llamado jugo ácido.