Plotino – Tratado 44,13 (VI, 3, 13) — Sobre o número

Igal

13 Pues bien, se ha dicho acertadamente que la cuantidad continua se distingue de la discreta porque en aquella el límite es común, y en ésta, propio. Una división ulterior dentro del número se basa en que unos son impares y otros pares. Las divisiones ulteriores de cada una de estas dos clases, si las hay, o hay que dejárselas ya a los que se ocupan del número o son divisiones aplicables a los números aritméticos, no ya a los que están en las cosas sensibles. Pero si la mente distingue entre los números y los números que están en las cosas sensibles, nada impide concebir en estos las mismas divisiones.

—Pero ¿cómo dividir la cuantidad continua, si la división en línea, superficie y sólido, atendiendo a que la primera se extiende en una dimensión, la segunda en dos y el tercero en tres, no parecería una división de un género en sus especies, sino un recuento de dimensiones?. Porque como en los números considerados de ese modo, bajo el aspecto de anterioridad y posterioridad, no hay un género que les sea común, tampoco habrá un género que sea común a la primera, segunda y tercera dimensión.

—Pero tal vez bajo el aspecto de cuantidad la misma nota está en todos por igual, y no son unos más cuantos y otros menos, aun cuando unos se extiendan en más dimensiones y otros en menos. Pues también en los números, en cuanto todos son números, hay una nota común a todos. Porque tal vez no sea verdad que el uno genere el dos, y el dos el tres, sino que todos los genera el principio. Pero si no son generados, sino que son, sólo que nosostros los pensamos como generados, demos que el menor sea anterior y el mayor posterior, pero en cuanto todos son números, caen bajo un mismo género. Pues bien, también a las magnitudes hay que transferir lo que se aplica a los números: las divisiones en línea, superficie y sólido, que Aristóteles llama «cuerpo», basándonos en que, aunque magnitudes, difieren específicamente.

Si hay que dividir cada una de estas magnitudes —la línea en recta, redonda y helicoidal, la superficie en polígono y círculo y el sólido en figuras sólidas: esfera y poliedros—, y si hay que subdividir éstas, por ejemplo los polígonos en triángulos y cuadriláteros, como hacen los geómetras, y volver a subdividir éstos, es un punto que debe ser examinado.

Bouillet

Guthrie

MacKenna

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