Graves Heracles

ROBERT GRAVES — OS MITOS GREGOS

VIDE: CHAMANIM
DIFERENTES HÉRCULES
Diodoro Sículo (iii.73) habla de tres héroes llamados Heracles: un egipcio, un dáctilo cretense y el hijo de Alcmena. Cicerón eleva su número a seis (Sobre la naturaleza de los dioses iii.16); Varrón a cuarenta y cuatro (Servio sobre la Eneida de Virgilio viii.564). Herodoto (ii.42) dice que cuando preguntó por la patria original de Heracles, los egipcios le dijeron que era de Fenicia. Según Diodoro Sículo (i.17 y 24, iii.73), el Heracles egipcio llamado Som, o Chon, vivió diez mil años antes de la guerra de Troya y su homónimo griego heredó sus hazañas. La fábula de Heracles es, en verdad, una clavija de la que se han colgado gran número de mitos relacionados, no relacionados y contradictorios. En lo principal, no obstante, representa al rey sagrado típico de la Grecia helénica primitiva, consorte de una ninfa tribal, la diosa Luna encarnada; su mellizo Ificles actuaba como su heredero. Esta diosa Luna tiene numerosos nombres: Hera, Atenea, Auge, Yola, Hebe, etcétera. En un espejo de bronce romano primitivo aparece Júpiter celebrando un casamiento sagrado entre «Hercele» y «Juno»; además, en las bodas romanas al nudo del ceñidor de la novia consagrado a Juno se le llamaba el «nudo hercúleo» y el novio tenía que desatarlo (Festo: 63). Los romanos tomaron esta tradición de los etruscos, cuya Juno se llamaba «Unial». Puede suponerse que la fábula central de Heracles era una variante primitiva de la epopeya del Gilgamesh babilonio, que llegó a Grecia vía Fenicia. Gilgamesh tenía como compañero amado a Enkidu, así como Heracles tenía a Yolao. Gilgamesh se pierde por su amor a la diosa Ishtar, y Heracles por su amor a Deyanira. Ambos son de ascendencia divina. Ambos perturban el infierno. Ambos matan leones y doman a toros divinos; y cuando se embarca para la Isla Occidental, Heracles, como Gilgamesh, utiliza su vestimenta como vela (véase 132. c). Heracles encuentra la hierba mágica de la inmortalidad (véase 35.b) lo mismo que Gilgamesh, y se relaciona igualmente con el avance del sol alrededor del zodíaco.