Enéada IV, 3, 7 – Alma e Alma-do-Mundo: argumentos do Filebo e do Fedro

Capítulo 1, 16-37: Apresentação dos cinco argumentos em favor da tese segundo a qual nossa alma provém da alma do mundo, da qual ela é parte.
Argumento 1: esta tese é compatível com a doutrina estoica
Argumento 2: nossas almas são partes da almaalma do mundo, assim como nossos corpos são partes do corpo do mundo
Argumento 3: a influência da rotação do mundo sobre nossas almas indica que elas provêm da alma do mundo
Argumento 4: participamos da alma do mundo da mesma maneira que as partes de nosso corpo participam de nossa alma
Argumento 5: não há alma fora da alma do mundo, que governa tudo o que é inanimado


Cap 7, 1-12: Resposta ao argumento 2: o Filebo sustenta bem que o mundo tem uma alma, mas não diz que nossa alma é uma parte do mundo
Cap 7, 12-20: Resposta ao argumento 5: segundo o Fedro, a alma que perdeu suas asas não é a alma do mundo
Cap 7, 20-31: Resposta ao argumento 3: nossa alma resiste à influência da revolução do mundo e a alma que anima o embrião vem do exterior


7. Pero bastante se ha dicho a este respecto. Ahora nos queda por considerar la sospecha manifestada en el Filebo de que las otras almas son partes del alma del universo1. Esta opinión platónica no tiene el sentido que algunos quieren darle, sino que significa, en la medida en que era útil para Platón, que el cielo es un ser animado. Lo cual prueba afirmando que resulta absurdo un cielo inanimado, ya que nosotros, que disponemos de una parte del cuerpo del universo, contamos también con un alma, ¿Cómo, pues, podría contar con un alma una parte del universo, si el todo precisamente no la tiene? Más claramente expone su pensamiento en el Timeo; aquí, una vez nacida el alma del universo (el demiurgo) fabrica las demás almas tomando la mezcla de la misma vasija; esto es, las hace semejantes a aquélla, dándoles tan sólo la diferencia de segundo o tercer rango. Pero aún parece más justo lo que se dice en el Fedro: “Toda alma está al cuidado de lo que es inanimado”2. Porque, ¿qué otra cosa gobierna, modela y ordena la naturaleza corpórea sino el alma? Y no es verdad que una sola pueda hacerlo y las otras no. El alma perfecta, dice (Platón), el alma del universo que vuela por las alturas, produce sin sumergirse en el mundo, pero como si cabalgase sobre él: “así gobierna toda alma perfecta”. Cuando habla (Platón) del alma “que ha perdido las alas” la hace diferente al alma del universo. Si dice que sigue el movimiento circular del universo, que recibe su alimento e influencia, no prueba con ello que nuestras almas sean parte de aquélla3. Porque el alma está dispuesta para que se modelen en ella muchas cosas provenientes de la naturaleza de los lugares, de las aguas y del aire; en ella dejan su impronta las mansiones de las distintas ciudades y las uniones a los distintos cuerpos. Decíamos que al estar nosotros en el universo contamos con algo de su alma; incluso aceptamos el influjo de la revolución circular, pero oponemos a todo esto otra alma, la cual se manifiesta diferente por su mismo grado de oposición. Aún nos resta el hecho de que nacemos en el interior del universo, mas a esta cuestión respondemos que el niño tiene un alma distinta a la de la madre, no siendo, pues, la de ella la que penetra en su cuerpo.


  1. Cf. Platón, Filebo, 30 a. 

  2. La expresión platónica, de la que tanto gusta Plotino, se encuentra en el Fedro, Fedro:246b|246 b. 

  3. Véase, sobre todo, para las citas platónicas, el análisis que se hace del alma en el Fedro, Fedro:246a|246 a – 247 e. El célebre mito del “carro alado” ejerce una especial sugestión sobre el espíritu de Plotino, que no aparta su pensamiento de la exposición fuertemente poética del Fedro