Excertos da página 9-10 de “La Prudencia en Aristóteles”
Para designar lo que la tradición latina denominará prudentia, «prudencia», y que es necesario distinguir de la noción vecina, pero muy diferente, de «sabiduría» (sapientia, sophia), Aristóteles emplea la palabra phronesis. Pero en Aristóteles phrónesis no significa sólo «prudencia», y se distingue mal a veces de la sofía. Las variaciones de esta palabra presentan un problema a la vez filológico y filosófico. En la Primera parte de esta obra desmenuzaremos los términos de las mismas. La Segunda parte, necesariamente más larga, propondrá una interpretación de la phrónesis en el sentido de «prudencia». La Tercera parte se esforzará por poner de relieve una «fuente» cuyo descubrimiento iluminará (pensamos) la interpretación global. ¿Hace falta recordar que nos han llegado tres éticas bajo el nombre de Aristóteles: la Etica a Eudemo, la Etica a Nicómaco y (10) los Magna Moralia? Estas tres éticas no pueden ser puestas en el mismo nivel: su número y sus interferencias plantean problemas, quizá irresolubles, de cronología y, en el caso de la tercera, de autenticidad. Pero no tenemos tantos textos sobre la prudencia como para no poder abarcarlos todos:1 tomaremos como base la Ética a Nicómaco, pero teniendo en cuenta las otras dos cada vez que la clarifican o, al contrario, se separan de ella.2 Además, si bien este estudio se basta a sí mismo, evidentemente está en conexión con la interpretación de la Metafísica que hemos propuesto en otra obra.3
Sólo se trata ex professo de la prudencia en el libro VI de la Ética a Nicómaco (sobre las virtudes dianoéticas) y en un capítulo de Magna Moralia (I, 34). El libro VI de la Ética a Nicómaco es uno de los libros denominados «comunes» a ésta y a la Ética a Eudemo, y, por lo tanto, no tiene paralelo en ésta (lo cual no quiere decir que ignore por lo demás el concepto aristotélico de phrónesis). ↩
Admitiremos provisionalmente lo siguiente: a) la Ética a Eudemo y la Ética a Nicómaco son dos versiones de un curso de Aristóteles sobre la ética, siendo la primera en su conjunto más antigua que la segunda; b) la tesis de la inautenticidad de Magna Moralia ha prevalecido durante largo tiempo. Pero, tratándose de Aristóteles, los conceptos de autenticidad e inautenticidad son muy relativos; si la obra parece haber sido redactada por un discípulo tardío, éste sin duda ha utilizado «notas», quizá muy antiguas, de Aristóteles mismo; se puede admitir, pues, con el último gran exegeta de Magna Moralia, que ésta es «ein Werk des Aristoteles selbst, zum mindesten inhaltlich» (F. Dirlmeier, Aristoteles. Magna Moralia, 1958, pp. 146-147). ↩
P. Aubenque, Le probléme de l’être chez Aristote. Essai sur la problématique aristotélicienne, PUF, Paris, 1962 (hay trad. cast.: El problema del ser en Aristóteles, Taurus, Madrid, 19873). ↩