Enéada II, 4, 16 — A matéria, a alteridade, a privação e o mal

16. ¿Sería la materia idéntica a la alteridad? No, desde luego, sino a esa parte de ella que se opone a los seres por excelencia, esto es, a las razones formales. El no-ser es, por tanto, algo, y puede identificarse con la privación, si la privación es la antítesis de los seres que se dan en las razones formales. Pero, ¿desaparece la privación cuando se reúne a aquello de lo que ella es privación? De ningún modo; porque el receptáculo de la disposición no es la disposición misma sino la privación, al igual que el receptáculo de lo limitado no es lo limitado ni lo ilimitado, sino lo ilimitado y precisamente en tanto que ilimitado. ¿Cómo, pues, al reunirse con él, no destruye lo limitado la naturaleza (de lo ilimitado)? ¿Acaso porque no es ilimitado por accidente? Pues si se tratase de algo ilimitado en cuanto a la cantidad, lo destruiría; mas, no siendo así, por el contrario, lo conserva en el ser; lo hace pasar al acto y lo conduce a la perfección, cual si se tratase de un terreno inculto en el que se siembra el grano. Así ocurre con la hembra cuando es engendrada por el macho: no ve destruido su carácter femenino, sino que, al contrario, lo eleva más; se hace, pues, en mayor grado lo que ya era.

Veamos ahora: ¿es el mal la materia cuando participa en el bien? Seguramente por esto mismo, porque tiene necesidad de él y no lo posee. Porque el ser que tiene necesidad de alguna cosa y que la posee, se encuentra tal vez a igual distancia del bien y del mal y puede parangonarse con ambos; pero el ser que no tiene nada y se halla en la penuria, cuanto más pobre sea más cerca está del mal. En cuanto a la materia, es la pobreza, pero no de riqueza ni de fuerza, sino la pobreza de sabiduría, de virtud, de belleza, de forma, de aspecto, de cualidad. ¿Cómo no va a ser entonces deforme, e incluso completamente fea y mala? La materia del mundo inteligible es un ser, porque tiene, antes de ella, lo que está más allá del ser. Sin embargo, aquí, la materia tiene el ser antes de ella, no es realmente el ser, sino algo distinto del ser y que se encuentra por debajo de él.