Enéada II, 4, 2 — Objeções contra a matéria inteligível

2. Hemos de precisar ante todo si esta especie de materia existe, y, en este caso, qué es y como es. Si la realidad material es algo indefinido e informe, puesto que en los seres superiores de allí no se da lo indefinido y lo informe es claro que allí no hay materia. Digamos, además, que cada ser (inteligible) es simple y que, por tanto, no tiene necesidad de materia; pues el ser que consta de materia y de otra cosa es un (ser) compuesto. E, igualmente, las cosas que han sido engendradas y que pasan de un estado a otro, tienen necesidad de la materia, por lo cual se ha pensado en una materia de las cosas sensibles; en cambio, las cosas que no han sido engendradas no tienen necesidad de la materia. Porque, ¿de dónde provendría y qué fundamento podríamos encontrarle, si hubiese sido engendrada? , ¿a quien la atribuiríamos? Y si es eterna, contaríamos entonces con varios principios que se encuentran de manera fortuita. Por otra parte, si la forma se añade a la materia, nos da un compuesto que es un cuerpo; de modo que, en realidad, habría allí un cuerpo.