Enéada III, 6, 10 — A matéria não sofre alteração

Traduções em Tratado-26

Capítulo 10: A matéria não sofre alteração
1-3: A paixão implica a alteração
4-13: Em estando qualificado, a matéria não será mais um receptáculo indeterminado para as qualidades; ela perderá sua identidade
14-19: Mais geralmente, tudo isto que é alterado o é segundo predicados não essências
19-28: Refutação da hipótese absurdo segundo a qual a matéria não seria alterada enquanto matéria. Toda realidade da matéria, é de ser matéria. Ela não pode ser alterada


10. Por otra parte, si la materia sufriese, también debería conservar algo de esta pasión, esto es, o la pasión misma o algo que la diferenciase del estado anterior a la venida de la pasión. Contaríamos, por tanto, con una cualidad añadida a la materia, y ya la materia no sería el receptáculo, sino una materia dotada de cualidad. Pero si esta misma cualidad desapareciese, dejando algo de lo que ella ha hecho, he aquí que el sustrato material pasaría a ser otra cosa. Por este camino, el sustrato material se convertiría en algo diferente a la materia, de tan vario y multiforme; de modo que no contendría todo, como tal receptáculo, y serviría de obstáculo a muchas de las cosas que vienen a él. Digamos además que la materia no permanece, ni es, por consiguiente, incorruptible. Si, pues, ha de existir una materia, habrá de ser siempre como era en un principio; porque decir que se transforma no es realmente conservarla.

De ahí que, en general, si el ser alterado debe subsistir en su privativa forma, y cambiar en sus accidentes, pero no en sí mismo; si, pues, debe subsistir, lo que subsistirá ni él no es precisamente ío que sufre. Porque de estas dos cosas ha de darse una: o la materia alterada sale de sí misma, o, si no sale, de sí misma, no podrá sufrir alteración1. ¿Y si se dijese que no sufre alteración en tanto que es materia? En primer lugar, no podría afirmarse en qué se ha alterado, y luego se reconocería de este modo que Ia materia no se ha alterado en sí misma. En cuanto a los seres que son formas no podrían alterarse según su esencia, puesto que la esencia sigue existiendo en la alteración; así, dado que la esencia de la materia es su propio ser en tanto que materia, es claro que no puede ser alterada como tal materia, y entonces subsiste. Y como ya está dicho que la lonna no sufre alteración, la materia tampoco la sufre.


  1. Cf. Platón, Timeo, 50 b.