En efecto, el hombre debe comprender lo general; es decir, elevarse de la multiplicidad de las sensaciones a la unidad racional. Esta facultad no es otra cosa que el recuerdo de lo que nuestra alma ha visto, cuando seguía al alma divina en sus evoluciones; cuando, echando una mirada desdeñosa sobre lo que nosotros llamamos seres, se elevaba a la contemplación del verdadero Ser. Por esta razón es justo que el pensamiento del filósofo tenga sólo alas, pensamiento que se liga siempre, cuando es posible, por el recuerdo, a las esencias a que Dios mismo debe su divinidad. El hombre que sabe servirse de estas reminiscencias está iniciado constantemente en los misterios de la infinita perfección, y sólo se hace él mismo verdaderamente perfecto. Desprendido de los cuidados que agitan a los hombres y curándose sólo de las cosas divinas, el vulgo pretende sanarle de su locura y no ve que es un hombre inspirado.
[Edición Electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS]Fedro:249b-249d – Rememoração das Ideias
- A Alma no Fedro
- Estrutura do Fedro
- Fedro
- Fedro (em português)
- Fedro (trad. em espanhol)
- Fedro 227a-230e — Prólogo
- Fedro 230e-237a — Discurso de Lysias
- Fedro 234c-237a — Crítica ao discurso de Lysias
- Fedro 237a-241d — Primeiro dicurso de Sócrates
- Fedro 241d-242b — Impossibilidade de continuar neste sentido