SINOPSE
I. Tesis. – Todos los seres, de diverso modo y en diverso grado, aspiran a la contemplación, y todas las acciones se afanan por ella (1, 1-18).
II. La naturaleza (1, 18-4, 47).
1. Problema: ¿cómo puede ser contemplativa la actividad productiva de la tierra?, ¿cómo puede ser contemplativa la Naturaleza, si carece de razón y de imaginación? (1, 18-24).
2. La Naturaleza es una «Razón» inmóvil y fecunda (cap. 2).
a) Crea sin órganos ni instrumentos; pero aun en los artesanos hay un principio inmóvil; a fortiori en la Naturaleza (2, 1-19).
b) Es forma pura sin materia y totalmente inmóvil; es una «Razón» viviente y productiva de otra «razón» hermana conformadora del sustrato pero ya estéril (2, 19-54).
3. La Naturaleza es contemplación y objeto de contemplación (cap. 3):
a) Es una «Razón» que permanece en si misma y no es acción; luego es contemplación (3, 1-6).
b) Es una «Razón » intermedia entre la «razón» ínfima, contemplada pero no contemplativa, y la del alma superior (3, 7-10).
c) No es una «Razón» discursiva, sino contemplativo-pro-ductiva: produce porque contempla y su producción es contemplación (3, 10-23).
4. La Naturaleza produce contemplando (cap. 4):
a) Pregunta: ¿por qué motivo crea la Naturaleza? (4, 1-2).
b) Respuesta de la Naturaleza misma: contemplando silenciosamente, creo espontáneamente mi propio espectáculo; mi naturaleza contemplativa me viene de herencia (4, 3-14).
c) Explicación: es una contemplación natural y hereditaria, pero desvaída, como una especie de ensoñación (4, 14-31).
d) Tanto la acción práctica como la producción artesanal son meros sucedáneos de la contemplación (4, 31-47).
III. El alma superior (caps. 5-6).
1. Contemplación fecunda: el Alma superior se fecunda por la contemplación y, hecha espectáculo, produce un nuevo espectáculo, como lo hacen las artes (5, 1-9).
2. Niveles de vida: en el Alma superior hay una parte que se queda y otra -vida de vida- que avanza como una actividad continua que se va degradando progresivamente (5, 9-25).
3. La contemplación se 4a en todos lo niveles del Alma sin discontinuidad, aunque no en todos los niveles por igual (5, 25-37).
4. Acción y contemplación: la acción es una contemplación por rodeo, en contraste con la contemplación del alma perfecta, en que sujeto y objeto se unen íntimamente (6, 1-19).
5. Contemplación y raciocinio: el intelecto del alma humana oscila entre la contemplación intuitiva, por intimidad del sujeto con el objeto, y el razonamiento discursivo, en que sujeto y objeto vuelven a desdoblarse y desjuntarse (6, 19-40).
IV. Recapitulación. – Conclusiones obtenidas a lo largo de los capítulos 2-6 (cap. 7).
V. La inteligencia (cap. 8).
1. Contemplación viviente: en la Inteligencia, contemplante y contemplado se unifican no por intimidad, como en el Alma, sino por esencia (8, 1-16).
2. Inteligencia primera y Vida primera: toda vida es intelección de primero, segundo, tercero o cuarto grado en correspondencia con el grado de vida; la Inteligencia es ambas cosas en sumo grado (8, 16-30).
3. Inteligencia universal: la Inteligencia, además de unidual, es unimúltiple, como un círculo, porque no ve al Uno como Uno, sino pluralizado, y porque es la Inteligencia universal intelectiva de todas las cosas (8, 30-42).
4. Infinita: no es un conglomerado de partes, pues en ella cada parte es omniintelectiva, lo mismo que el todo (8, 42-48).
1. Como principio omni transcendente (cap. 9):
a) Anterior a la dualidad inteligencia-inteligible como principio de ambas cosas (9, 1-13).
b) Captable con lo que hay en nosotros de semejante a él, es decir, mediante una inteligencia supra-intelectiva (9, 13-32).
c) No es todas las cosas ni colectiva ni distributivamente, sino anterior a todas como principio de todas (9, 32-54).
2. Como Uno absoluto (cap. 10):
a) Principio inmóvil e indiviso de una vida múltiple. Analogías de la fuente y del árbol (10, 1-19).
b) Último término de la reducción a la unidad: es el Uno sin más, pero no la nada, sino un Uno real y omnifundante (10, 20-35).
3. Como Bien absoluto (cap. 11):
a) La Inteligencia consta de Materia y Forma inteligibles; su boniformidad le viene del Bien absoluto; de la calidad de la huella hay que colegir la calidad del modelo (11, 1-26).
b) Si el universo inteligible es tan bello, ¿cómo será su Hacedor y Padre, que es anterior al Intelecto-Saturación? (11, 26-45).