Fraile: Uno – Deus – Ser em Plotino

Excertos de Guillermo Fraile, História da Filosofia

Si interpretamos el Uno trascendente identificándolo con Dios, en este sentido el plotinismo es esencialmente una Teología y un sistema religioso. Así entienden el plotinismo muchos intérpretes: «En Plotino ardía una nostalgia de la divinidad, como no se encuentra en ningún filósofo de la antigüedad». «Mai la filosofía greca e giunta in manera cosi chiara ed esplicita come ció avviene in Plotino, a porre la questione della natura di Dio, del suo rapporto col mondo, della via che all’uomo permette di raggiungere la Divinitá»1.

Si el Uno de Plotino es Dios, en ese caso la doctrina de Dios tiene en su sistema una importancia muy superior a la que le conceden todas las demás filosofías griegas, y en este aspecto es la más afín al cristianismo. En Platón y en Aristóteles, Dios era solamente un elemento más de su concepción general del Universo, pero no el centro de todas las cosas, mientras que el Uno de Plotino es el principio y el fin de todas las cosas. En el Uno plotiniano convergen la trascendencia del Acto Puro de Aristóteles y la inmanencia del Logos de los estoicos, la unidad del Ser de Parménides junto con la difusividad del Bien de Platón. No obstante, tropezamos con la dificultad de que Plotino no da nunca a su Uno el nombre de Dios, el cual lo reserva, lo mismo que Platón, para todas las demás entidades «divinas», a partir de la segunda hipóstasis árquica, que es la Inteligencia, y de las cuales puebla pródigamente su mundo ideal y celeste.

El Uno de Plotino aparece más bien como superior a Dios. Sería un hypertheos, como dirá el Seudo Dionisio2. En cuyo caso tendríamos en Plotino un resultado de un proceso semejante al que condujo a Parménides a su concepto de Ser. El Uno no sería un super-Ser, sino un concepto universalísimo obtenido por medio de la negación de todas las diferencias formales que diversifican a los seres. Es decir, que por el procedimiento esencialmente negativo de supresión de diferencias llegamos al concepto generalísimo del Ser en común, objeto de la Filosofía primera. Pero no llegamos a Dios, que es el Ser supremo trascendente. La trascendencia del Uno de Plotino sería, pues, la trascendencia lógica del concepto generalísimo de Ser. Pero no la trascendencia ontológica que corresponde a Dios, en cuanto ser supremo y causa de todo ser. Con lo cual incurre Plotino en el mismo defecto común a todos los idealismos. Tratando de buscar el ser real trascendente, causa y principio de todos los seres, en realidad por su procedimiento de univocidad y de abstracción negativa llega solamente a un concepto generalísimo, al cual atribuye después, como Parménides, todos los caracteres propios de un ser real. Con lo cual, creyendo que se halla en el campo de la Teología, en realidad se mueve en el de la Filosofía primera.

Plotino se enfrenta con el difícil problema de conciliar la unidad del Ser y la pluralidad de los seres, y trata de explicar la procedencia de los seres múltiples del Universo de la Unidad primaria y trascendente del Ser. Subraya vigorosamente la absoluta trascendencia del Uno y su nota fundamental de la unidad, y a la vez su distinción de sus efectos. El Uno es diferente del Universo, y permanece inmutable después de la procesión de las cosas. No se trata de una unidad compacta y estática, como la del Ser de Parménides, sino que es una unidad de la cual se deriva, sin alterarla ni disgregarla, la infinita variedad y multiplicidad de las cosas, todas las cuales están penetradas y dependen de esa misma Unidad.

Zeller califica el plotinismo de panteísmo dinamista. Cousin, Vacherot y J. Simón lo interpretan en sentido emanatista. En realidad, o por lo menos en su intención, Plotino no es panteísta. Pero no admitiendo la idea de la creación ex nihilo, no tiene más remedio que afirmar que todas las cosas proceden necesariamente de la primera Causa (V 2.°,2). Mas, aunque no procedan de su sustancia, sino solamente como efectos de su causalidad, es imposible hallar un término medio entre la emanación panteísta y la noción cristiana de creación.

El Uno es el principio supremo, la fuente primordial (pege) de la cual se deriva toda la pluralidad de los seres, por una procesión (proodos) necesaria y eterna. El Uno es aquello por lo cual existen todas las cosas3. Pero el Uno no es el Todo. Una cosa es el Uno y otra el doble mundo—inteligible y sensible:— que procede de él. «Siendo perfecto, el Uno sobreabunda, y esta sobreabundancia produce una cosa diferente de él… Las cosas no son el Uno, porque éste permanece en sí mismo, dándoles la existencia» (V 2). El Uno se difunde, sin dividirse ni multiplicarse. El Uno «es todas las cosas, sin ser ninguna de ellas. Es principio de todas las cosas, pero no es las cosas que se derivan de él». «Las demás cosas engendradas por el Uno no son el Uno, que está más allá del ser y de cualquiera otra categoría». «Para que el ser exista, es necesario que el Uno no sea el ser, sino el engendrador del ser. El ser es como su primogénito».

El mismo pensamiento, de distinguir el Uno de las cosas que de él proceden, aparece en su concepto de causa. Las cosas son efecto del Uno, pero «la Causa no se identifica con sus efectos»4). Por lo tanto, las cosas se distinguen del Uno como los efectos se distinguen de su causa. No obstante, el Uno contiene todas las cosas: «El Uno es todas las cosas y ninguna de ellas, pues el principio de todas las cosas no es todas las cosas»(V, 2,1). ¿Dónde se encuentran entonces los otros seres? En él, y tampoco él se encuentra ausente de los otros, ni él está en ellos, ni existe alguno que lo contenga en sí, sino que él los contiene en sí mismo a todos» (V,5,9).

No demos a estas expresiones, y a otras que encontramos a cada paso, un sentido panteísta, que seguramente está muy lejos de la mente de Plotino. Pero hagamos notar la extrema dificultad de mantener la distinción entre Dios y el mundo en el caso de no admitirse la idea de creación.


  1. Kiefer, O., Plotin Enneaden (Leipzig 1905) t.i p.20. Pelloux, L., L’assoluto nella dottrina di Plotino (Milán 1943) p.26. 

  2. De div. nom. II 3 y 4. 

  3. Plotino emplea las expresiones arche, aition (V 5,13), energeia, dynamis (V 8, 18) y otras semejantes, en que aparece la influencia causal del Uno en sentido activo en cuanto a la producción de los seres. 

  4. to aition ou tauton to aitiato (V 9,6