Teeteto 143

Euclides. De viva voz, no, ¡por Zeus!, pero cuando volví a mi casa anoté los rasgos principales, los redacté por despacio, a medida que me venían a la memoria, y todas las veces que iba a Atenas, preguntaba a Sócrates sobre los puntos que no recordaba y, con esto, a la vuelta, corregía lo que tenía necesidad de corrección, de manera que tengo por escrito esta conversación, como quien dice, por entero.

Terpsión. Es cierto, ya te lo había oído decir, y tuve siempre la intención de suplicarte que me la enseñaras, pero dilaté el decírtelo hasta ahora. ¿No podríamos verla en este momento? Como vengo del campo, tengo absolutamente necesidad de descanso.

Euclides. Como he acompañado a Teetetes hasta Erineón, también lo necesito. Vamos, pues, y un esclavo leerá mientras que nosotros descansamos.

Terpsión. Tienes razón.

(Entran en casa de Euclides).

Euclides. He aquí el libro, Terpsión. En cuanto a la conversación, está escrita, no como si Sócrates me la refiriera, sino como si hablase directamente, con los que tomaron parte en ella, que, según me dijo, fueron Teodoro y Teetetes. Para no entorpecer el discurso, he suprimido las frases. he dicho, yo decía, conviene, lo negó, y otras semejantes que no hacen más que interrumpir, y he creído preferible que Sócrates hable directamente con ellos.

Terpsión. Me parece lo que has hecho muy racional, Euclides.

Euclides. Vamos, toma este libro, tú, esclavo, y lee.

SÓCRATES, TEODORO, TEETETES

Sócrates. Si tuviese un interés particular, Teodoro, por los de Cirene, te preguntaría lo que allí pasa, y me informaría del estado en que se hallan los jóvenes que se aplican a la geometría y a las demás ramas de la filosofía. Pero, como quiero con preferencia a los nuestros, estoy mas ansioso de conocer quiénes, entre nuestros jóvenes, ofrecen mayores esperanzas. Hago esta indagación por mí mismo, en cuanto me es posible, y además me dirijo a aquellos, que cerca de los cuales veo que la juventud se apresura a concurrir. No son pocos los que acuden a ti, y tienen razón porque lo mereces por muchos conceptos, y, sobre todo, por tu saber en geometría. Me darías mucho gusto si me dieras cuenta de algún joven notable.